Limón, así se llama la pitbull es quien una vez se había perdido y toda Posadas se movilizó en su búsqueda porque en realidad la tenían secuestrada en una casa. Quizás se acordarán de esa historia.
Bueno, Claudia está en plena mudanza, con algunas cosas en la antigua casa y otras en la nueva. La cuestión es que se había muerto Roberto, el gatito viejo de la familia, el que acompañaba a las Monarcas (pintoras) en sus tardes creativas del taller. Entonces llegó Catalina, una gatita que cuenta Claudia “la iba a llevar una amiga a su casa pero su esposo no quiso así que vino a la nuestra. Ella con ocho meses apenas se quedó preñada, no lo podíamos creer. Con la mudanza y todo me olvidé de darle la pastilla, la cuidé pero se me escapó. El ‘novio’ hacía ¡guardia! y es un gato viejo, gordo y muy grande. Como tres veces más grande que ella, tan chiquita”. Se sorprende Claudia al contar la historia.
Tal es así que llegó el día y comenzaron a nacer los gatitos, “ella me lloró como diciendo: ‘¡mirá!, qué es ¡esto!’, sorprendida y asustada. Tan chiquita ella. Así llegaron 5 gatitos. Crecieron y lo llevé en la caja afuera y la volqué para que comiencen a caminar y ¡qué pasó! Los vio Limón, la pitbull que primero se sentó a mirarlos desde lejos, luego metió la cabeza adentro de la caja. Fue tan tierno verla, comenzó a lamerlos y mimarlos. Creemos que ella cree que son suyos porque cuando la mamá Catalina quiso acercarse no la dejó”.
Ahora, cuando salen es Limón quien los cuida y para que puedan mamar hay que sacárselos porque ella es su dueña”. ¿No es un amor? Gracias Claudia por compartir. (Por R.T.)