El índice riesgo país de la Argentina pegó un salto el último día hábil de la semana y trepó hasta los 1.875 puntos básicos, su valor más alto de los últimos 14 meses.
Ese indicador, que es medido por el banco JP Morgan, sumó 53 unidades este viernes, un nuevo máximo desde septiembre de 2020. Y en toda la semana escaló 131 puntos básicos.
Los mercados -tanto locales como internacionales- vivieron una jornada de fuertes caídas, ante el temor que provoca una nueva ola de contagios de COVID-19 en varios países europeos.
Las acciones argentinas que operan en Wall Street (ADRs) operaban con pérdidas de hasta el 9%, encabezadas por la agencia de turismo online Despegar, tras la decisión del Banco Central de poner trabas a la venta de pasajes y alojamientos en el exterior.
Los bonos de la deuda pública argentina también retrocedían un 2% en promedio, encabezados por el bono de deuda emitido por este gobierno al 2030 (AL 2030), que se desploma 3,4%.
En la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, las acciones líderes perdían 4,75%, con el indicador S&P MerVal de Buenos Aires a 80.752 puntos.
Los retrocesos más pronunciados se observaban en los papeles de YPF y Central Puerto, que descienden 8,2% en ambos casos. Le siguen las caídas de TGS (-7,2%), Transener (-6,8%) y 6,1% de Banco Macro.
¿Por qué la Argentina genera dudas en Wall Street?
Los operadores creen que la debilidad en los activos es reflejo de las intrigas que se generan en Wall Street, ante la urgencia para acordar con el FMI y la incertidumbre que produce la pérdida de la mayoría en el Senado por parte del oficialismo.
“El movimiento en los mercados emergentes de los últimos días es un llamado de atención para acelerar las negociaciones en pos de no sufrir mayores volatilidades cambiarias los próximos meses. Lamentablemente se ha desaprovechado la oportunidad de llegar a un acuerdo rápido en plena pandemia del 2020, que hubiese permitido seguramente mayores concesiones para la Argentina, y sufrir menos desgaste macroeconómico y de reservas cambiarias”, afirmó a iProfesional el economista Joaquín Marque, director de UG Valores.
“Una locura que no se entiende”
Jorge Fedio, analista de Clave Bursátil, refirió que “se nos acabó el trade electoral y se repitió la baja pos-PASO, aunque mayor. No podía ser distinto, la reacción de tinte político no se condice con lo que realmente ocurrió. El Gobierno en su ceguera no admitió la derrota y la festejó como triunfo. Toda una locura que no se entiende, no guarda lógica, los números le jugaron en contra, perdieron millones de votantes y encima se quedaron sin la mayoría automática en el Senado. En cambio, la oposición logró lo que se propuso, el equilibrio parlamentario”.
Además, el contexto global influyó con la preocupación por los rebrotes europeos de COVID-19, una potencial alza en tasas de la Reserva Federal y la notoria debilidad de la lira turca.
“Los inversores siguen atentos a las señales políticas dado que son las que marcarán la viabilidad de alcanzar un consenso entre las principales fuerzas a partir de la presentación del plan económico plurianual”, refirió Gustavo Ber, economista del Estudio Ber.
“No sólo dicho desafío resulta complejo, en vista a los tironeos, sino que además aún alcanzando un acuerdo con el FMI, crecen las dudas respecto a la capacidad de cumplir las metas comprometidas en los próximos años”, agregó.
La palabra de Guzmán
En unas jornadas organizadas por el Banco Central, el ministro de Economía, Martín Guzmán, dijo que se necesita refinanciar la deuda con el FMI porque es “el principal escollo para mantener la estabilidad”, a la espera del plan que pretende marcará las bases del acuerdo con el organismo.
En el marco de las Jornadas Monetarias y Bancarias del BCRA, el funcionario afirmó que se busca “depender menos del endeudamiento y de la emisión monetaria” para el financiamiento del déficit público, frente a una inflación con expectativa superior al 50% para este año.
¿De cara a un ajuste mayor?
Si bien la baja de ayer fue pronunciada, lo cierto es que los mercados globales evitaron el ajuste a lo largo de todo el año. Tanto el Dow Jones como el S&P500 y el Nasdaq arrojan ganancias de más de 120% en promedio desde el piso de marzo de 2020, en el peor momento de la pandemia y se mantienen en máximos históricos.
La última caída importante que sufrieron las bolsas fue en septiembre, cuando el S&P 500 retrocedió 5,7% entre el máximo y el mínimo. De hecho, el mercado no ve una corrección mayor al 10% desde hace 14 meses, por lo que la dinámica alcista ha sido extraordinaria, manteniendo a las acciones en valores récord.
De esta manera, con Wall Street cerca de sus máximos históricos y en medio del rally, la renta variable argentina se encuentra en una posición incómoda para enfrentar una eventual corrección de mayor magnitud a la actual en las bolsas internacionales ya que las acciones argentinas se encuentra en pleno selloff.
Desde el equipo de research de Banco Mariva marcaron que Argentina, a pesar de estar transitando una historia particular muy desligada del ritmo del mercado internacional, suele sufrir cualquier evento de risk-off externo.
“Los activos argentinos, al ser de los más bajos en cuanto a calidad crediticia, suelen ser de los primeros en caer cuando hay mayor aversión al riesgo en el mercado internacional”, advirtieron.
En este sentido, puntualizan tres “frentes” externos que hay que seguir de cerca. “El primer frente externo que encontramos es la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) y su política de tasas, mismo driver global para el resto de la renta fija internacional.
El segundo frente más importante es el mercado de commodities, no sólo en precio para nuestro saldo exportable, sino también en cantidad, y acá es importante seguir los riesgos de eventos climáticos adversos para nuestra cosecha 2021 y 2022.
El tercer frente externo que nos afecta es Brasil y la percepción del mercado sobre nuestros vecinos. Cuando a ellos les va mal, a nosotros necesariamente también”, dijeron.
El jefe de mesa de trading de un banco local remarca la vulnerabilidad en la que se encuentran los activos argentinos frente a un eventual contexto de volatilidad en EEUU. “La Argentina suele subirse a las caídas cada vez que hay volatilidad en el norte”.
Preocupación internacional
La nueva mutación del COVID-19, denominada B.1.1.529, además de deteriorar el sentimiento de los inversores, preocupa a la OMS, que debe decidir si declara la nueva cepa como variante de preocupación.
Los científicos todavía no se pronunciaron sobre la variante y tampoco saben si puede evadir las respuestas inmunitarias.
De momento, se han detectado en torno a 100 casos en Sudáfrica y otros dos en Hong Kong.
Israel y el Reino Unido han vetado la entrada de viajeros de siete países del África austral -Sudáfrica, Lesotho, Botswana, Zimbabwe, Mozambique, Namibia y Eswatini- y la UE advirtió que tomará una decisión similar pronto.