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La lucha por la revalorización de los derechos de las mujeres y diversidades se reflejó en un aumento significativo de consultas por salud mental. “En estos últimos años, con la ola del respeto hacia la diversidad y revalorización de la mujer, se dejaron de tolerar ciertas cosas que antes se dejaban pasar. Antes todo esto no se tenía en cuenta, entonces no eran motivo de consulta. Estaba permitido y aceptado que la mujer se sacrificara por su familia. Con el fin de continuar su matrimonio, toleraba muchas cosas que hoy ya no”, dijo a PRIMERA EDICIÓN el primer psicólogo de Oberá y uno de los primeros en la provincia, Daniel Teodoro Flecha. Hoy “su felicidad está primero y debe ser respetada”, subrayó.
Dejó de ser tabú
Los problemas de salud mental han estado siempre. Sin embargo, hace no tantos años atrás, la consulta a psicólogos era considerada tabú. “Antes se pensaba que los psicólogos eran para los locos. Nos asimilaban con los psiquiatras, pero ellos pertenecen a una rama de la medicina que tiene un abordaje biológico, mientras que nuestra formación es completamente humanística”, contó.
Desde 1974, cuando inició su actividad clínica en Oberá, a hoy, Flecha aseguró que “el concepto que se tiene de la salud mental cambió muchísimo. Antes era toda una novedad, no sólo para el paciente sino para los profesionales que ni siquiera sabíamos cómo hacer para liquidar a las obras sociales”.
En sus 47 años ejerciendo la psicología, “las consultas fueron cambiando en la medida en que las personas tomaron más conciencia de que hay ciertas cuestiones que no las pueden manejar solos y necesitan de ayuda profesional. No sólo eso, sino que ahora se sabe exactamente a quién acudir para este tipo de consultas”, explicó. “Ahora nadie se espanta cuando alguien dice que va al psicólogo. La consulta espontánea ahora es común”, dijo.
Ponerse en el lugar del otro
Después de casi cinco décadas de ejercer la profesión, Flecha mira para atrás. “Con tantos años como psicólogo, me queda la alegría y satisfacción de haber cumplido mi deseo que era ayudar al otro. Porque para esta profesión hay que tener vocación de servicio. Es una necesidad de ayudar a otro con herramientas que también te permiten conocerte a vos mismo para no perjudicar con tus problemas al otro”, señaló.
Además de haber ejercido, Flecha guarda los amigos y colegas que conoció. “Entablé amistad con más de un paciente y guardo mucho cariño por mis exalumnos que hoy en día son mis colegas. También estoy feliz de haber podido difundir la psicología en la provincia, que ahora tiene el prestigio que se merece. Creo haber aportado mi granito de arena y, lo que es más importante, ayudé a sacar traumas y dolores que la gente guarda. Creo que los ayudé a ser un poco más felices”, cerró.