Silvina Stuht (26), modelo internacional e influencer. Nació en Leandro N. Alem, y toda su familia -su madre, Cristina; su tía “Morocha”; su tío, Adolfo y abuela, Luisa, de la que se alejó, buscando nuevos horizontes, reside en Misiones.
En esta provincia realizó campañas y trabajos publicitarios para algunas tiendas de su ciudad. Viajó a Buenos Aires a los 17 años. Primero a estudiar una carrera universitaria (corredor inmobiliario y martillera pública) de la que obtuvo el título, y también por “mi sueño, claramente, de ser modelo”.
Cuando apenas llegó a la ciudad de Buenas Aires, “recuerdo que me parecía un monstruo grande y peligroso, lloraba cada vez que mi mamá iba a verme y se tenía que ir o cada vez que volvía a mi ciudad y tenía que regresar a estudiar a Buenos Aires, viajando en el colectivo Singer. Me costó seis meses adaptarme y volverme ‘porteña’ pero allí también recorrí caminos que jamás imaginé”.
Luego de adaptarse a la “ciudad de la furia”, a la universidad, a la gente y al ruido, Silvina comenzó a buscar trabajo como modelo, enviando sus fotografías y datos a todas las agencias. Fue así que “me respondieron dos agencias, una fashion y otra comercial, así que fui a las entrevistas, y enseguida empecé a trabajar en ambas agencias. Cursaba en la facultad por la mañana y salía a recibir las llamadas de teléfono para los castings, a la tarde. De esta manera, toda la clase sabía nuevamente que era ‘la modelo’”, manifestó.
Su primer viaje al exterior, fue a los 19 años, cuando tomó el avión rumbo a Beijing, China. “Mi agencia madre en Buenos Aires me ofreció un contrato por cuatro o cinco meses con una agencia top y después de rechazarlo muchas veces, decidí afrontar esa experiencia. Hasta el día de hoy terminó enriqueciéndome porque recién allí conocí lo que era la vida y la carrera de modelo, el nivel de vida, el nivel de exigencia, el nivel de trabajo, conocí lugares increíbles y trabajé con gente famosa y además de las hermosas amistades alrededor del mundo que hoy aún conservo. Con esto no quiero decir que en Argentina la carrera de modelo sea infravalorada, sino que a mí no me pudo ofrecer lo que estaba buscando”, explicó.
Luego de ese primer viaje, regresó a la Argentina y tuvo varias propuestas de trabajo para viajar al exterior. “Me di cuenta que medir 1,80 y las medidas (88/59/90) son un requisito muy importante. Primero fui a Los Ángeles, luego a Nueva York y Miami, donde realicé desfiles en la semana de la moda y sesiones fotográficas para varias revistas internacionales”, acotó.
Luego, llegó la posibilidad de viajar a Europa, Italia, Milán, “donde pisé por primera vez hace tres años y aunque aún no hablaba el idioma en ese momento, me enamoré completamente de la ciudad, la vida, y al segundo día de castings, con la agencia me tomaron para mi primer trabajo, empecé un showroom durante la Fashion Week de Milán, que duraba un mes. Y con eso pude cubrir los gastos de la temporada”.
Hasta ese momento, su “base” seguía siendo Argentina, pero luego llegó la pandemia y buscó el modo de “poder irme definitivamente, esperando a que todo vuelva a la ‘normalidad’ porque sentía que en Argentina ya había cumplido un ciclo para mí. Después de la pandemia, me surgió la posibilidad de volver a trabajar en Milán, pero con un contrato por seis meses. Sin mirar atrás armé las valijas para irme, dejando mi departamento en Buenos Aires, mi vida, mi familia en Misiones…y me fui”.
Alejada de los escándalos como el que tuvo con Justin Bieber, comenzó a hacer su vida definitiva en Europa.
“Estoy en pareja con un oficial y piloto de marina (es ciudadano italiano e inglés). Nos conocimos en Milán, pero como su trabajo está en Londres, me mudé con él. Sabe que mi trabajo está en Milán, pero nuestros planes de casarnos y estar juntos no se verán afectados”.
Espera que su familia y amigos de Buenos Aires y Misiones “puedan venir a verme también. Siempre voy de visita a la tierra colorada y estoy en contacto permanente con mis seres queridos porque allí es donde están mis raíces”.
“Ahora mi vida está entre Milán y Londres, ciudades poderosas, lujosas, costosas, sobre todo, pero que me ofrecen un mundo de posibilidades”, reflexionó la joven misionera, que actualmente desarrolla su profesión en la Agencia Major Models Milán, “con quienes tengo un contrato de trabajo”.