Por: Charly Esperanza
El ritual inicia al preparar el engrudo casero necesario. Luego toca recorrer la ciudad entre las cómplices sombras nocturnas cargando una cierta cantidad de afiches y el pegamento. Las maniobras de pegatina, en cualquier tentadora pared, se realizan con movimientos presurosos para evitar a la autoridad, casi como una travesura de niñez a escondidas de la madre.
Así, salir a pegar afiches genera una emoción encendida a fuego por la adrenalina de acciones pseudo clandestinas. El resultado se observa en los días siguientes y esboza sonrisas en sus ejecutores al ver que el afiche sigue pegado en una pared hablando a la gente en su transitar diario.
En Posadas, lugar en el que históricamente los movimientos de la cultura urbana cuentan con escaso apoyo y se motorizan principalmente por la desbocada pasión de los artistas y el público, siempre son los propios músicos o el gestor de un determinado evento quienes diagraman la estrategia de difusión, el diseño de una imagen, entre otras tantas cosas, y recorren la ciudad para promocionar un recital o una fiesta pegando carteles en las paredes.
La pegatina tiene ciertos códigos a respetar, como por ejemplo evitar cubrir el anuncio de otro evento que aún no se realizó, pero al mismo tiempo rige la “ley de la selva” para ocupar los espacios soportando que, principalmente las grandes marcas o promesas de candidatos en campañas políticas, tapen todo lo que encuentran a su paso con sus enormes carteles publicitarios.
Salir a pegar afiches de un recital era una práctica muy común hace pocos años, pero actualmente cayó en desuso debido a que la comunicación de los eventos se trasladó a las redes sociales.
Motivada por el romanticismo del recuerdo que ya no está en las paredes pero sí en los afiches que sobrevivieron al paso de los años, guardados en algún cajón, se lleva a cabo la muestra “Diseño y Tribu”, en el Barcito del Centro Cultural Vicente Cidade de la ciudad de Posadas.
Allí, los visitantes pueden disfrutar del trabajo de 15 años de producción gráfica y arte independiente local en retazos de papel impreso en formatos de afiches, volantes, fanzines, calcos, entre otras piezas gráficas, portadores de momentos, historias y recuerdos que formaron parte de la construcción de una identidad cultural.
En la recorrida que juega y alimenta la memoria se encuentran desde afiches con ilustraciones hechas a mano, con lápiz o tinta de birome, hasta el elaborado diseño en detalle apoyado en las nuevas tecnologías.
La muestra surge a partir de una compilación de piezas gráficas vinculadas al rock, las fiestas electrónicas, el rap, el teatro, el reggae, la poesía, y diversos tipos de celebraciones artísticas. Es realizada por Oblicuo/dg (conformado por Silvia Barrios y Andrés Gehrmann) y la colaboración de diseñadores, artistas y personas de la “subcultura” local, como respuesta a la invitación del Centro Cultural Vicente Cidade para cerrar el año.
ENFOQUE conversó con Silvia Barrios quien explicó que “básicamente la idea era volver al recuerdo con todo lo que teníamos. Esta es una muestra que ya veníamos haciendo hace un par de años. La primera vez se hizo en Nolup con todo el compilado de afiches, volantes, y calcos que teníamos nosotros, y fue por una motivación personal”.
“Cuando somos adolescentes queremos juntar todo, y era tener el fetiche con el recordatorio de que estuvimos en tal fiesta. Así fue cómo empezó nuestro compilado de cosas”, indicó y añadió: “Mostrarlo fue, ya en aquella época, para contar a la gente toda esta movida que no se ve en otro lado. En cambio, hoy día fue traer al recuerdo un montón de lugares y movidas que ya no existen. Es un recuerdo sentimental nuestro y de la gente, porque la idea principal es compartir”.
Además, destacó que el material genera “una ventana de las cosas que se hacen al costado del sistema, que ahora se siguen haciendo, pero de otro modo, principalmente con el tema de la comunicación. La cultura tiene mucha relación con lo clandestino, pero ahora cambió porque se pasó más a lo virtual por la Internet”.
“Rescatar la memoria de los afiches es porque también es algo que ya desapareció. Incorporarse a la ciudad por medio de ese lenguaje es muy difícil, nadie lo ve tanto, nadie se entera, porque ahora la movida de la comunicación va por otro lado. Pero queda el romanticismo de lo que era en su momento. Nosotros somos diseñadores y tenemos el corazoncito metido en eso, porque el afiche es como una foto que trae el recuerdo de un montón de cosas que pasaron en ese lugar y en ese momento”, manifestó.
Además, contó que “hay muchos afiches hechos a mano, porque no había forma de reproducirlos, entonces se diseñaba a mano y después se hacían fotocopias que era lo más barato y más sencillo”.
También afirmó que con el afiche “la intención siempre fue resaltar”, siendo que “el diseño consiste en ver, analizar, pensar, y debatir”.
“Nos gusta poner una imagen, hacer una ilustración, pero si el resultado final no va a comunicar nada es porque no sirve de nada. Había mucha capacidad en ilustración, fotografía, en un montón de cosas, pero nosotros necesitábamos comunicar, qué queríamos decir y para quién y para eso se necesita debatir”.
La muestra “Diseño y Tribu” quedará montada durante todo diciembre y puede visitarse de lunes a viernes de 8 a 12 y de 16 a 21 horas, en el Barcito del Centro Cultural Vicente Cidade (calle General Paz y Belgrano).