El Aeromodelismo es un deporte derivado de la técnica de construcción y vuelo de aeroplanos de pequeño tamaño preparados para volar sin tripulación. Desde 1936 la Federación Aeronáutica Internacional (FAI) lo incorporó como una sección de la aviación deportiva, publicando un código deportivo internacional. En esta disciplina hay que distinguir dos faces fundamentales: la científica y la deportiva. La primera comprende el estudio de la aerodinámica y la mecánica, el diseño y proyecto de modelos de aviones y su construcción. La segunda consiste en hacer volar a estos aviones de distintas maneras, según el tipo de aeromodelo de que se trate.
En Posadas, un grupo de fanáticos de esta actividad se reúne los fines de semana para pasar la tarde disfrutando del placer compartido de volar un avión. En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, Sergio Ledesma comentó que practica “aeromodelismo prácticamente desde toda la vida, es un hobby muy lindo. Somos varios en Posadas, actualmente activamente somos diez”.
Lastimosamente, el predio donde se reúnen desde hace cuatro años fue vandalizado la semana pasada y si bien “la policía va a estar atenta ya que sólo hay actividades el fin de semana, realmente nos duele que sucedan estos hechos”, afirmó Ledesma. El lugar se encuentra en la calle 229 a 600 metros del Parque Industrial Posadas y quienes quieran pasar una tarde de domingo distinta y al aire libre disfrutando del vuelo de estas naves pueden hacerlo, “es un predio privado, no es un club” pero reciben a quienes les interese la actividad.
Los domingos a partir de las 16 o 16.30, hasta que la luz natural lo permita, se reúnen para “compartir un momento de vuelos, charlas y mates, y si bien somos pocos, de manera intermitente mucha gente que tiene aviones, planeadores o helicópteros se acerca”.
Los aspectos científico y deportivo del aeromodelismo son inseparables, es un hobby con un elevado componente científico y técnico cuyo objetivo es diseñar, construir y hacer volar aviones a escala, bien como réplica lo más exacta posible de otros existentes, diseñados exclusivamente para aeromodelismo o incluso diseños de prueba para futuros aviones reales.
Ledesma heredó de su padre el amor por esta disciplina, “soy un apasionado de los aviones, de la robótica. Hoy está en auge hablar de los drones y estos aviones si bien no tienen nada que ver con los drones, son cosas parecidas que se manejan a control remoto. En el caso de los aviones es todo manual, no tienen ningún tipo de asistencia electrónica más que el radio control para que responda, se vuela totalmente a ojo como decimos nosotros”.
“Esta es una actividad para la que es necesario el estudio de mecánica, electrónica, dinámica, física, varias cosas que se conjugan para poder llegar a volar correctamente un avión. De ninguna manera vas a poder volar un avión sin la capacitación y el conocimiento correspondiente. Como toda cosa que vuela estás manejando un eje al que no estamos acostumbrados que es el tercer eje, el z, y como no existe instrumental, la perspicacia que uno tiene que tener, la sensibilidad es en base a la experiencia y esa experiencia requiere de entrenamiento“, agregó.
Si bien es solo un hobby, en algún momento Ledesma lo practicó profesionalmente, “federado con alguna actividad ya que se realiza con fechas a nivel nacional pero siempre como hobby no como trabajo. La disciplina tiene muchas categorías y por supuesto uno viene y ve un avión a radio control con motor a nafta de más de dos metros de envergadura y quiere uno, pero para llegar a esto lo ideal es haber pasado por otras categorías”.
Y claro que la actividad está federada y representada a través de la Federación Argentina de Aeromodelismo que reúne a cerca de 4.600 aeromodelistas nucleados en más de 100 clubes brindándoles, además de lo deportivo, una importante cobertura de seguro. Además colabora en el ámbito de la niñez, con concursos escolares y cursos dictados en diferentes escuelas y clubes. Su página oficial es www.faa.org.ar
Seguridad y costos
Con respecto a cómo surgió la idea de tener un predio propio, Ledesma comentó que antes estaban en Santa Inés y “en la década del 90 teníamos un predio cercano a la entrada del aeropuerto, pero la urbanización fue cambiando” y debieron buscar un lugar adecuado, ya que el aeromodelismo tiene sus medidas de seguridad ya que “no deja de ser aeronáutica, a escala, pero aeronáutica al fin”.
Fue así como dieron con este lugar, “encontramos la posibilidad de tenerlo en comodato, lo preparamos y practicamos acá ya hace unos cuatro o cinco años”. Quienes se acerquen a ver volar a estos aviones se encontrarán con que “no se puede estar cerca de los mismos, como tampoco se puede acceder con mascotas, pelotas o barriletes”, todo por seguridad.
En cuanto a la altura de vuelo que pueden alcanzar las naves, Ledesma comentó que “por norma, el control tiene más o menos tres kilómetros de alcance, pero visualmente no vamos a poder identificar el avión más allá de los 200 metros así que dentro de ese rango es que sucede todo”. El clima tiene que estar preferentemente soleado, con vientos de menos de 15 kilómetros por hora, obviamente con lluvia es imposible así que tiene que haber buen clima.
Finalmente, al ser consultado acerca de los costos que implica llevar adelante este hobby, Ledesma sostuvo que “la asimetría cambiaria hace que sea realmente bastante difícil acceder a todas las cuestiones que tienen que ver con la tecnología por ejemplo, pero como en toda actividad, como en todo deporte, como en todo hobby, hay muchas opciones. Se puede llegar a acceder a un avión de un metro, o metro diez de envergadura, por alrededor de 30 mil pesos. Ya hablar de aviones con motores a nafta de más de dos metros de envergadura estamos hablando de casi medio millón de pesos para arriba”.