
Tras los ataques de rayas que se registraron la semana pasada en las costas del río Paraná, desde el grupo de investigación “Proyecto Biología Pesquera Regional” de la Facultad de Ciencias Exactas, Químicas y Naturales de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM) lanzaron una serie de recomendaciones para evitar los ataques de peces en playas urbanas.
Es que según advirtieron “los ataques a bañistas por parte de pirañas y tarariras son frecuentes en la época de diciembre a febrero, mientras que los ataques de rayas pueden ocurrir en cualquier época del año”.
Al respecto la docente e investigadora de la UNaM, Gladys Garrido, explicó a PRIMERA EDICIÓN que “generalmente estos incidentes ocurren en el verano porque las playas artificiales con relleno generan un espacio propicio para el acercamiento de esos peces”.
En este sentido, desde el grupo que integra Garrido realizaron una serie de recomendaciones para proteger los ecosistemas y la salud de la comunidad.
“Lo que está pasando es que se produce un ataque y la gente sigue entrando en esas zonas del río, cuando a la primera alarma se tiene que tratar de evitar los usos en esas áreas que no están habilitadas como balnearios”, expresó.
En este contexto, no descartó que en estos días de calor, en los cuales más bañistas concurren a las playas, podrían registrarse nuevos ataques.
Asimismo, la investigadora apuntó que estos incidentes están relacionados al ciclo de vida de las especies que utilizan las playas artificiales de Posadas, Candelaria y Garupá.
Aclaró también que los ataques siempre son un mecanismo de defensa ante amenazas a sus nidos. “Las palometas son muy territoriales y ponen sus huevos en los camalotales, cuando estos quedan atrapados en zonas de aguas quietas hay más probabilidades que se encuentren estas pirañas”, señaló.
En consecuencia, recomendó a la ciudadanía que se informe sobre los hábitos de los peces y que evite nadar en esas zonas propensas a la presencia de estas especies.
En el caso de las rayas, Garrido advirtió que “son más peligrosas porque están enterradas en la arena”.
“La sustancia urticante que tienen es bastante tóxica, quizás a una persona que tiene una sensibilidad alta o que es alérgica le puede llegar a afectar un poco más, lo común para todos es lo doloroso”, precisó.
A su vez, indicó que en caso de picadura se debe concurrir inmediatamente a un centro de salud más cercano.
Para cerrar, la investigadora destacó que las rayas, palometas y tarariras siempre estuvieron presentes en el río Paraná. “No es que llegaron de otro lado, estuvieron siempre. Lo nuevo ahora son los accesos al río. A medida que la gente conozca más de estas especies también puede tomar más conciencia”, cerró.
¿Cómo evitar ataques?
Desde el Proyecto Biología Pesquera Regional recomiendan:
• Utilizar zonas donde existan guardavidas, respetar sus indicaciones y acudir a ellos en caso de ataques.
• En caso de sufrir una mordedura, desalojar la zona inmediatamente y recurrir a un centro médico para su atención.
• Evitar zonas de aguas quietas y playas, que en días de calor levantan temperatura fácilmente.
• No bañarse en playas cercanas a lugares en donde los pescadores limpian sus presas o arrojan los restos de las carnadas.
• No meterse al agua con lastimaduras.