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En la tarde del 20 de diciembre de 1991, en colonia Chafariz, se suicidaba de un balazo en el pecho un sujeto a quien varios pobladores de San Vicente apodaron como “El loco del rifle”.
Aníbal Oliveira, de 20 años, había ultimado a una beba de 35 días de edad, disparó contra los padres de la víctima y, anteriormente a ello, efectuó cuatro tiros a otra persona y amenazó de muerte a varias más, cuando todas ellas se encontraban en sus respectivos domicilios en la mencionada zona serrana del departamento Guaraní, a la altura del kilómetro 29 de la ruta provincial 212 y a 21 kilómetros de la Capital de la Madera.
La víctima fatal del “loco del rifle” fue la pequeña Karina Skalski, hija de Mario Skalski (22) y María Vázquez, quienes no resultaron alcanzados por las balas en el hecho que se suscitó el 19 de diciembre de 1991.
Entre las otras personas agredidas estaba Ricardo Oscar Silveira, a quien el sujeto le sustrajo un rifle 22 milímetros, proyectiles del mismo calibre y otros objetos de valor cuando irrumpió sorpresivamente en su domicilio. Tras ello, Olivera le efectuó cuatro disparos, pero ninguno de los proyectiles impactó contra el damnificado, quien pudo huir hacia un monte cercano.
Seguidamente el joven se dirigió hasta la vivienda de Laureano Oliveira, a quien, empuñando el arma de fuego, le amenazó de muerte, al igual que a su familia, por lo que debieron también huir de su residencia.
Posteriormente Olivera se trasladó hasta la casa de la familia Skalski -ubicada a 1.500 metros de los dos primeros inmuebles-, donde sin mediar explicación alguna efectuó un disparo contra un perro.
Tras ello se inició un forcejeo entre los dos jóvenes y Skalski resultó herido de una puñalada en uno de sus hombros. Luego el atacante realizó varios disparos contra el dueño de casa y su esposa, quienes debieron escapar hacia una plantación de maíz próxima a su domicilio.
Olivera, aprovechando la ausencia del matrimonio, le disparó a la hija de éstos y el proyectil afectó órganos vitales de la beba que le causaron una hemorragia interna y posteriormente provocaron su muerte.
Luego de ello sustrajo 500.000 australes del interior de un ropero y después se dio a la fuga.
No conforme con todo ello, al día siguiente salió de su escondite y regresó a la propiedad del primero de sus “objetivos”, Silveira, para incendiarle un galpón, que quedó reducido a cenizas junto con maquinarias y herramientas que había en su interior.
Ese mismo 20 de diciembre, alrededor de las 17, “El loco del rifle” fue hallado sin vida en la chacra de un agricultor en el Lote 128, una zona de espesa vegetación próxima a la costa del río Uruguay.