Goldman Sachs publicó un duro informe sobre la economía argentina en 2022. El reporte analiza el impacto del rechazo del Presupuesto 2022 en Diputados y la incertidumbre sobre las demoradas negociaciones con el FMI por la deuda.
El análisis de Goldman Sachs, una de las bancas de inversión más influyentes del mundo, deja en claro el escepticismo de las calificadoras de riesgo sobre el acuerdo con el Fondo que pueden alcanzar el presidente Alberto Fernández y el ministro de Economía, Martín Guzmán.
En su párrafo más saliente, Goldman Sachs sentencia: “En 2022-23 se espera que la economía enfrente vientos en contra debido a la acumulación de desequilibrios macroeconómicos y financieros, y micro distorsiones crecientes y asignación ineficiente de recursos, debido a un amplio conjunto de controles de capital, financieros, comerciales, laborales, cambiarios y de precios que distorsionan, en medio de una débil credibilidad de las políticas”.
Además, el informe elaborado por Alberto Ramos, Managing Director y Head LatAm Economics de Goldman Sachs, plantea que “el FMI enfrenta importantes problemas de reputación al suscribir un nuevo programa con Argentina, ya sea un programa ligero o completo, dado el alto riesgo de fallas repetidas”.
“El stock de reservas internacionales netas utilizables se está agotando peligrosamente, pero hay pocos indicios de que la política monetaria, cambiaria y de tipos de interés se desplace hacia una senda más convencional”, señala el informe en otro tramo saliente.
Por otra parte, sobre las negociaciones con el Fondo, Goldman Sachs sostiene que el acuerdo “sigue siendo un tema abierto con una resolución difícil e incierta dada la tibia disposición de las autoridades a adoptar un ajuste macroeconómico”.
“El mercado ha estado esperando y esperando un nuevo programa del FMI desde la última reestructuración de la deuda de Argentina en agosto de 2020. El panorama macroeconómico de Argentina en los próximos 2-3 años estaría condicionado por las políticas, reformas y metas de desempeño acordadas en el contexto de un nuevo programa del FMI. Pero no todos los programas son iguales y la probabilidad de una negociación fallida o un programa fallido no es baja”.
También apunta que “a los inversionistas les preocupa con razón que un programa ligero del FMI que no induzca un reequilibrio macroeconómico tangible a corto plazo no mueva la aguja de las políticas y, por lo tanto, no mejorará el desempeño macroeconómico y permitirá que Argentina recupere el acceso a los mercados de financiamiento voluntario”, insiste la banca de inversión.
Por otro lado, “el programa tradicional del FMI completo con una sólida matriz de políticas beneficiaría en última instancia a Argentina, pero probablemente no sería aceptado por las autoridades o, si se aceptara, posiblemente fracasaría”, plantea.
En ese sentido, el reporte de Goldman Sachs advierte que “sin un marco de política creíble respaldado por un ajuste fiscal estructural y una política monetaria más estricta, es probable que las ganancias de competitividad externa derivadas de la devaluación de la moneda sean efímeras, ya que avivarán la inflación”.
En terreno negativo
Barclays, uno de los gigantes del mundo financiero que hace unos días estuvo en el país reunido con funcionarios del Gobierno, estimó en un paper que las reservas líquidas netas del Banco Central serán de u$s2939 millones negativas a fin de año.
En tanto, al 10 de diciembre pasado eran de u$s1.833 millones negativas, en diciembre del 2020 eran de u$s1.754 millones negativas y en diciembre de 2019, al fin del gobierno macrista, eran positivas por u$s6.842 millones
Dentro de las reservas netas pero ilíquidas cuenta al oro y a los DEG, por lo tanto esas les da una proyección positiva de u$s 1.387 millones para fin de año, contra u$s4.361 millones del 10 de diciembre, u$s 3.358 millones de diciembre del año pasado y u$s12.132 millones de diciembre del 2019.
Para Gabriel Rubinstein, las reservas líquidas son similares: las calcula en u$s 1.933 millones negativas al 6 de diciembre, en u$s 2634 millones negativas para fin de año, de u$s 3.534 millones negativas al 10 de enero tras el pago de intereses de bonos con reservas, y de u$s 4.556 millones negativas al 1 de febrero del 2022, ya sin DEGs por los pagos al FMI con reservas.
Observar la dinámica de las reservas internacionales es crucial para analizar el poder de fuego que tiene el Banco Central para controlar el mercado cambiario.
Si bien las reservas totales ascienden a u$s 42.000 millones, están compuestas por un pool de activos que en parte no son divisas líquidas utilizables, y en parte tienen como contrapartida un pasivo en moneda extranjera.
Por ello, para el análisis del verdadero poder de fuego del Banco Central se calculan diversas medidas de reservas netas o líquidas, detrayendo de las reservas brutas algunos de los activos que no son de inmediata disponibilidad o pertenecen a las reservas, pero no al Banco Central per se.
Desde Ecolatina sostienen que, de cara a fin de año, las reservas netas (contemplando el oro y excluyendo DEGs – y el pago de más de u$s1.800 millones al Fondo consecuentemente -) se encontrarán por debajo de los u$s4.000 millones. De estas, un 90% es oro.
Horas claves
El staff técnico del Fondo Monetario Internacional (FMI) dará a conocer esta semana los resultados de la auditoría sobre el programa de Stand By por u$s57.000 millones que se firmó en el Gobierno de Mauricio Macri.
El informe se conocerá hoy, horas antes de que se paguen casi u$s 1.900 millones al FMI por un vencimiento de capital de ese acuerdo de Stand By, firmado por los entonces ministro de Hacienda Nicolás Dujovne y el presidente del Banco Central Federico Sturzenegger se firmó el 7 de junio de 2018 y se fue modificando hasta que se suspendió en 2019.
Del total acordado, se llegaron a desembolsar u$s 45.000 millones que el Gobierno de Alberto Fernández busca renegociar bajo la forma de un programa de Facilidades Extendidas.
“No es algo particular que estamos haciendo por Argentina. Lo hacemos con todos los programas de acceso excepcional”, explicó el vocero Gerry Rice. “La evaluación del staff del FMI es previa a un nuevo programa”, agregó.
Pese a que se trata de una cuestión formal, un sector del Gobierno mantiene la expectativa sobre la auditoría, para ver si hubo impericias tanto de la gestión Macri como de la entonces directora gerente Christine Lagarde y su equipo.
Ya no quedan representantes de quienes negociaron el programa de Stand-By con la Argentina en el FMI: Alejandro Werner se alejó este año, mientras que el titular del staff que negoció, Roberto Cardarelli, también fue de los primeros en salir. David Lipton, exnúmero 2 de Lagarde, hoy es asesor de Janet Yellen en el Tesoro de Estados Unidos.
Los informes sobre los programas suelen dejar recomendaciones para los nuevos acuerdos y negociaciones del Fondo. No se trata de un análisis sobre responsabilidades.