El INDEC informó ayer el índice de desempleo durante el tercer trimestre en el país. Argentina cerró ese período con 8,2%, lo que significa que más de 1.500.000 de personas en condiciones de trabajar no tienen empleo. La cifra supera los dos millones si se habla de problemas de empleo.
El índice representa al mismo tiempo un descenso de 1,4% respecto de la medición anterior y se explica en la reapertura de emprendimientos en todo el país tras el lapso más duro de la pandemia.
No deja de ser positivo el descenso del desempleo, aunque más no sea de 1,4%, es un dato favorable en un mar de cifras negativas.
Sin embargo, no puede dejar de observarse ese informe contrastado con el de la UCA dado a conocer días atrás. El mismo se refería, entre otros conceptos, a la calidad del empleo en Argentina, con la informalidad (empleo en negro) en franco ascenso. Cualquier salida que se piense respecto de la crisis actual no puede estar disociada de la generación de empleo de calidad. De otra forma no tiene sentido hablar de recuperación porque sólo se estaría encubriendo otro tipo de crisis con consecuencias evidentes.