Con las fuertes restricciones que se impusieron en el país, el turismo fue uno de los sectores que más sufrió las consecuencias de los cierres. En Misiones, el principal destino -Puerto Iguazú- sufrió mucho la falta de turismo, las fronteras cerradas, los aforos para bares y restaurantes.
Esa experiencia que se replicó lamentablemente en otras ciudades de la tierra colorada, debe servir de espejo para no llegar otra vez a un parate generalizado por la fuerte suba de casos de COVID-19 que se viene registrando en toda la Argentina. Y Misiones no es la excepción.
La entrada en vigencia del pasaporte sanitario, con la exigencia de al menos dos dosis de vacunas contra el coronavirus, es una herramienta más para buscar cuidarnos entre todos.
Pero la actitud principal pasa por la que asuma la mayoría de los ciudadanos en el cumplimiento de medidas que son básicas en tiempos de pandemia: barbijo, distanciamiento, uso de alcohol en gel y vacunas!
En esa meta deben encolumnarse empresarios, prestadores de servicio, trabajadores en general y turistas. Con el control de los municipios que asumieron desde ahora la importante posición de hacer cumplir las medidas antes enunciadas.
El sector del turismo y la gastronomía misionera todavía no logra superar la situación de endeudamiento que asumió cuando la pandemia llegó para quedarse. Sería un “golpe de gracia” para el rubro cualquier nueva prohibición.
El gobernador Herrera Ahuad aseguró que, por el momento, no están pensando en volver atrás con las flexibilizaciones que vienen ya de larga data y que han permitido un movimiento económico importante para la provincia.
Del compromiso de todos los misioneros dependerá sostener el trabajo, el consumo y el movimiento turístico que resulta un motor para conseguir crecimiento en la provincia.