La falta de presión que no permite cargar los tanques, inconvenientes en el bombeo, la seca, cortes de energía eléctrica, la bajante de los arroyos y varios motivos más son las causantes de la falta de agua, que con el intenso calor se acentuaron durante las últimas semanas.
En la localidad de Mado, los vecinos del barrio Alegre pasaron fin de año sin luz y sin agua.
Son alrededor de 40 familias, entre ellas personas con discapacidad y adultos mayores, que habitan ese sector de la ciudad, que desde el jueves último se encuentran sin ambos servicios. Los vecinos insisten en que EMSA se debe hacer cargo de la situación.
Gabriela Lares, contó en Radio Stop, que “es agobiante la situación. El temporal dejó secuelas como la caída de postes de alta tensión que aún no fueron retirados. Estamos a la luz de las velas hace días y sin una gota de agua”, reclamó. No descartan realizar cortes de ruta en caso de no ser escuchados.
A modo de ejemplo, Gabriela expuso que su suegra es insulinodependiente y así como ella, hay muchas personas en sillas de ruedas, niños y adultos mayores, que necesitan de estos servicios esenciales (energía y agua).
“También hemos perdido muchos alimentos hay personas que carnearon animales para las fiestas y hoy ya no están aptos para consumo. Se han hecho los reclamos, pero EMSA siempre tiene una excusa: si no es la lluvia, son los días festivos” mencionó.
Los vecinos recibieron al nuevo año a la luz de las velas y atravesados por postes con cables de alta tensión. Además, reclaman la falta de interés por parte del Ejecutivo municipal ya que no se acercaron siquiera a interiorizarse de la situación.
“Al menos esperábamos que nos provean de agua, pero nada, estamos con ganas de cortar la ruta, pero sabemos que generaremos problemas a los que van a trabajar”, agregó. Exigen respuestas inmediatas.
Panorama similar
Tanto en el norte como en el sur de la provincia, el escenario es similar. En Posadas, Diana Lange expuso con indignación lo que sucede en el barrio Cima del Sol. “Hace dos meses que venimos reclamando por la falta del servicio. Se hicieron reclamos e incluso vino una persona de SAMSA a verificar el problema pero éste persiste”.
Lange relató que a veces les mandan 30 minutos de agua por día pero la presión es tan baja que no llegan a cargar los tanques. “Nos tenemos que arreglar comprando agua de bidones o incluso pidiendo a algún vecino que tiene mejor suerte”.
La penuria del día a día les complica las tareas del hogar y sobre todo mantener la higiene. “Tengo una pila de ropa para lavar y el baño, el sanitario a veces da vergüenza, pero no tenemos para limpiarlo”, detalló apenada Lange.
En Puerto Iguazú, Paola Chaparro que reside en el barrio Villa Alta cuenta que la falta de agua es una constante en la Ciudad de las Cataratas. “La mayoría no tiene un buen servicio pero es un problema de hace mucho tiempo. Siempre dicen que hacen inversiones pero nunca se encuentra una solución”.
A modo de ejemplo del malestar que padecen las familias, “arrancamos el año juntando lo poco que salía de la canilla y nos bañamos con un tacho. En realidad, Navidad y Año Nuevo pasamos por eso. A mi mamá, que vive en el centro de Iguazú y que nunca le faltaba agua, que está al día con las boletas, está atravesando por la misma situación que nosotros”.