Luego de las continuas quejas de quienes intentan trasponer el puente internacional San Roque González de Santa Cruz entre Posadas y Encarnación y deben pasar horas y horas de espera en las largas e inhumanas colas sobre el viaducto, la Nación decidió pedirle a la Provincia que deje de hacer el testeo en la cabecera argentina.
Fue así que, ayer por mañana, el Ministerio de Salud de Misiones decidió retirarse de esa actividad que prestaba a modo de colaboración, para ayudar especialmente a los misioneros que retornaban del exterior y no podían hacerse (por costos y por operatividad) el test del lado paraguayo.
Hoy podrá verse sobre el puente si ese era realmente el problema de la larga espera para entrar a la provincia.
Evidentemente no hay un mea culpa de la Nación (Migraciones, Aduanas, Salud) respecto a la cantidad de personal que tiene dedicado a un paso terrestre de enorme trascendencia por su actividad diaria.
Ahora que el personal de Migraciones deberá también verificar carnet de vacunación, declaración jurada y el resultado del hisopado a extranjeros y quienes llevan más de 24 horas afuera del país, habrá que ver cuán rigurosos son los funcionarios migratorios. Y cuánto logran hacer avanzar los vehículos para que las personas no pasen largo tiempo al rayo del sol, con calores de 40°.
Sin el testeo, de continuar las colas como ya se volvió habitual, la Nación deberá admitir que el problema es la cantidad de personal que tiene en nuestra frontera.
No se debe olvidar el negocio que se montó en torno a las esperas, con los pedidos de dinero para cruzar antes y adelantarse en las filas. Esta es otra arista por la cual, difícilmente, la salida del centro de testeo pueda ayudar a evitar más destratos en un tráfico fronterizo que debería ser mínimamente más ágil.