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Luego de su reencuentro con el público misionero, en el Festival solidario realizado el pasado domingo en el Anfiteatro Antonio Ramírez de Posadas, el célebre acordeonista Raúl Barboza brindará el próximo sábado 15, a partir de las 19.30, una charla magistral a músicos de la provincia en el Parque Temático de la Cruz.
Luego, a las 20.30, en el anfiteatro natural del Parque se proyectará el estreno en la provincia del documental “Raúl Barboza, la voz del viento” con la presencia de su director Daniel Gagliano. Se trata de un film que aborda la vida del músico de 83 años radicado actualmente en Francia.
Estas jornadas organizadas por la Secretaría de Cultura y el Ministerio de Turismo provinciales, serán gratuitas y únicamente se deberá abonar el ingreso al predio (120 pesos para residentes misioneros). Los mismos se podrán adquirir a través de la web https://entradas.misiones.tur.ar/.
Además se recuerda que, por la reciente normativa provincial, se solicitará al público la presentación del pase sanitario, es decir, el comprobante físico o digital, de la vacunación (al menos dos dosis) contra el COVID-19.
La presentación oficial se realizó ayer en el Hotel Julio César y contó con la presentación del artista Raúl Barboza, el ministro de Cultura Joselo Schuap y la subsecretaria de Parques Turísticos y Temáticos, Vanina Vera.
En este marco, Joselo Schuap expresó: “Raúl Barboza es un artista que enorgullece a todo aquel que gusta de la música, no sólo del chamamé. Es un músico que ha tocado en grandes escenarios del mundo, y compartió su música siempre con una gran apertura mental y espiritual, entonces es muchísimo lo que tiene para transmitir.
Por su parte, Vanina Vera comentó que la idea de este encuentro será llevar adelante la charla dirigida por Barboza y luego se realizará la proyección del documental sobre su vida y es por ello que los organizadores se sienten “felices, agradecidos y orgullosos de contar con un talento tan impresionante para la expresión de la música litoraleña”.
A su turno, Raúl Barboza rememoró sus inicios en la música, donde en la década del 60 actuó en el anfiteatro Manuel Antonio Ramírez. En aquella actuación junto al artista Miguel Codaglio “vi un resplandor sobre piso del anfiteatro, había fuego y no sabía que pasaba eso; cuando al publico le gustaba algún artista, no sabía que prendían antorchas y eso me llamó poderosamente la atención”.
Al respecto de la charla del sábado, Barboza comentó que se considera un músico autodidacta que nunca fue a Escuela de Música, aunque su talento innato le permitió destacarse en distintos escenarios del mundo, aunque cuando “alguien me da algo para leer, le digo hacémelo escuchar y una vez que lo escuché, ya está”, contó el artista.
En una charla con PRIMERA EDICIÓN, Raúl Barboza comentó que se sintió muy feliz al saber que la música a la que representó gran parte de su vida en distintas partes del mundo fue declarada en 2020 “Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad” por la UNESCO”, y recordó el amor de su padre por el ritmo chamamecero y el sacrificio que tuvieron que hacer antes de su llegada a París (Francia) en 1987.
“Un día apareció que el chamamé iba a ser considerado de esa manera y me sentí muy contento porque cuando era muy chico mi papá, los sábados y domingos se vestía de blanco con sus rastras y botas; y se iba a tocar. Mientras que de lunes a viernes, era un obrero que se ponía su mameluco, chaqueta azul, boina negra, el diario a bajo del brazo y se iba a trabajar”.
En ese tiempo, “Raulito” Barboza, pudo entrar a Prefectura lo que permitió ayudar a su familia y “podíamos tener en la casa cosas que le liberaron a mi mamá del rudo trabajo de ser humildes, pero con una sonrisa, con alegría, sin gritos, sin palabras soeces y con mucho amor. Así me fui a Francia y pasaron las cosas de una manera totalmente inesperada: nunca imaginé recibir el premio al Mejor Disco del año, nunca pensé que me iban a nombrar Caballero de las Artes y de las Letras, como nunca había recibido nada, no se me ocurrió que en un país donde no me conocen me iban a ofrecer algo”.
Cabe recordar que el país galo siempre reconoció el talento de muchos artistas argentinos que llegaron a sus tierras por distintas razones y “es gracias al público que me venía a ver que nunca perdía la esperanza de volver a la Argentina a tocar”, manifestó el músico.
Aunque en esa trayectoria no todo fue un lecho de rosas, ya que al principio “me quedé siete años sin poder venir a la Argentina: murió mi papá, mi mamá y un hermano, no los pude enterrar porque no tenía la plata para volver, pero nunca le pedí nada a nadie y no es soberbia, simplemente no tenía el coraje de pedir dinero. Todo se hizo en silencio y con respeto, cuando llegué nuevamente a la Argentina empecé mi carrera por segunda vez y cada vez que vengo es un comienzo nuevo”, finalizó.