El 2021 no podía terminar de otra manera en materia de precios. Con una inflación del 3,8% (la mayor suba desde abril del año pasado), empujó el índice anual por encima del 50 por ciento. PRIMERA EDICIÓN ya había anticipado hace varios meses que las previsiones eran esas, a pesar que el Gobierno nacional se empecinó en sostener que sería menor.
Lamentablemente la política de combate a la inflación no le funcionó a Alberto Fernández. Probó múltiples restricciones (como la aplicada a la exportaciones de carne), programas de precios y productos cuidados que estuvieron lejos de llegar a todos y de sostener el stock; hasta cambió funcionarios del área de Comercio Interior pero no logró quedar por debajo del 50 por ciento de inflación.
El NEA, donde se ubica la medición de Misiones, venía de un noviembre del 3% pero cerró el 2021 con el 4,.4% liderando el ranking de incrementos regionales del país. Incluso quedó por encima de la media nacional que fue alta.
Nuevamente la pérdida de poder adquisitivo de los ingresos de las personas quedó en evidencia. Y los resultados de las acciones del Estado por “domar” la suba de precios, sin obtener logros, muestra un sombrío panorama para este 2022.
Otra vez vuelven a perder las familias con menores recursos, porque lo poco que perciben se achica frente a las góndolas. Hay menos chances de poder cubrir los alimentos básicos y la pobreza o la indigencia (según el límite en el que se encuentren), vuelven a amenazar la de por sí baja calidad de vida de millones de argentinos.
No hay que perder de vista dos situaciones de estos tiempos. Una, la escasez de productos en distintos rubros que se observa por estos días, a raiz del incremento de casos positivos o contactos estrechos de COVID, lo que redunda en la inoperatividad de las industrias, vuelve al stock más caro. Otra la falta de energía que impacta en la producción de bienes y servicios y puede generar el mismo efecto sobre los precios.
Lamentablemente el panorama no es el mejor para la economía del país ni para la golpeada economía hogareña.