
La selva misionera siempre será el testigo de fantásticos relatos e historias que surgieron a través de aquellas personas que se atrevieron a adentrarse en su espesura para descubrir su esencia cargada de leyendas, amor y misterio. Es allí donde nace “Corazón de amazonita: el peligro de amar en el salvaje Iguazú”, el último trabajo de la reconocida escritora, Gloria V. Casañas. Un trabajo que forma parte de la tercera entrega de una saga de sucesos contemporáneos, que su autora denomina “Los notros” que en esta oportunidad, se enclava en un entorno tan salvaje como misterioso; que apunta al cuidado del medioambiente y al romance.
Una historia que transcurre en Misiones y tiene a Erik Andrade, especialista en felinos, quien sigue las huellas del yaguareté en el corazón de la selva misionera. Un personaje de vida errante con amores imposibles o efímeros, hasta que una artesana, Lara Duval irrumpe en su vida. Allí surgirán historias de amor como desencuentros al igual que aquel felino que Erik busca sin descanso.
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, Gloria Casañas relató que “Corazón de amazonita” es la tercera novela contemporánea que “vengo escribiendo desde hace tiempo; la llamo la serie los ‘Notros’ que empezó en un pueblo cordillerano que inventé y de allí se fueron desprendiendo personajes que van apareciendo en las otras novelas. Esta trascurre íntegramente en la selva misionera”, comentó la escritora. Una historia que tiene como escenario la selva, las Cataratas y otros lugares que, tal vez, son visitados por pocas personas.
En este contexto, la escritora también vinculó a sus personajes con “el proyecto de conservación del yaguareté, porque comparto esa idea y creo que la educación ambiental está en vigor, estamos marchando en ese sentido, pero falta mucho por hacer; hay muchos conflictos que se crean cuando uno trata de proteger una especie y también me interesa cómo resolverlo. Me ligo con la gente que trabaja en estos proyectos”, explicó la autora quien su vez agregó que en cada una de las obras de esta serie, incluyó un mensaje concientización sobre la preservación de los ecosistemas, “en Alas de seducción, fue con la gente del proyecto cría y conservación del Cóndor Andino, y Mirada del Puma fue con los proyectos de protección y conservación contra la caza furtiva del puma y ahora este proyecto de reinserción del yaguareté a los lugares donde antes habitaba tranquilamente, también protegerlo y enseñar a convivir con él, ese sería el problema más grande” y por otra parte señaló “parece una paradoja, una ve a la selva tan vital, desbordante y sin embargo, el equilibrio es delicado”.
El amor como eje
Cabe destacar que Casañas, se ha convertido en una de las referentes de las novelas románticas en Latinoamérica y cuyas historias se nutren de datos históricos y socioculturales de acuerdo a donde éstas se desarrollan. “Me gusta escribir novelas románticas, las escribo tanto en tiempos pasados como en tiempos presentes; tengo toda una serie histórica que acompaña a la transformación del Estado argentino y siempre hay una gran historia de amor como eje de esa novela, pero con un componente que a mí me gusta mucho: la historia… En la novela contemporánea hago más hincapié en los conflictos actuales, por ejemplo con las comunidades nativas o con los animales que forman parte del ambiente, me gusta mucho profundizar en esos aspectos. La novela histórica ya tiene el componente que da la historia, la que nosotros si estudiamos lo conocemos, pero en la novela contemporánea uno tiene que palpar qué es lo que está pasando”, explicó la autora.
La selva como protagonista
En este último libro “Corazón de amazonita” la historia se desarrolla en la selva Misionera, aunque su autora visitó la provincia hace algunos años “sin tener en mente esta novela, me fui, visité y me quedé con ganas de volver, ya dije que me gustaría ir en diferentes momentos del año, porque siempre es distinta la selva, pero yo me inspiré en esta novela a raíz de que el personaje masculino principal, ya había declarado en una novela anterior que era especialista en felinos, era biólogo y el lugar donde él se siente más a gusto y su paisaje preferido era el interior es la selva, entonces de algún modo eso me condicionaba a llevarlo a una selva, podía haber elegido las del norte, las yungas, pero la verdad es que tenía ganas de ir a Misiones, por suerte me decanté por esta que siempre me impactó mucho”.
Sin embargo, al hablar de historias, de amor y de los misterios que encierra la selva misionera, es imposible no referirse al celebré escritor Horacio Quiroga, cuyos cuentos hicieron que la selva sea protagonista en cada una de sus historias, al igual que trató de plasmar Casañas en este libro. “A mí me gusta mucho enmarcar la historia, no como en un escenario, sino que de algún modo el paisaje sea protagonista, espero haberlo logrado, que sea también un personaje que tenga su voz en la historia, eso es lo que me interesa. Me gusta mucho la vida al aire libre, la vida natural, me gusta mucho conocer la vida silvestre y por eso también quiero que en las novelas se presente”, expresó.
Pandemia y proyectos
Muchos señalaron que el período de confinamiento estricto a causa de la pandemia, fue también un ambiente de inspiración para muchas personas que encontraron en el arte y la literatura una fuente de inspiración, aunque este no fue el caso de Gloria Casañas, quien empezó a dar forma a este trabajo antes de la pandemia aunque “cuando vino la cuarentena y nos vimos todos confinados en nuestras casas, lo estaba escribiendo y de golpe me sentí desconectada de la historia y, como escribo sólo porque me gusta, cuando me pasa eso postergo y hago un alto. Estuve un tiempo buscando otros temas incluso retomé una novela empezada que transcurría en otra parte, y de pronto como si fuera la Catarata (Iguazú), me aparece de nuevo toda la historia con fuerza, como pidiendo ser contada. Entonces dije tengo que seguir y retomé “Corazón de amazonita” y de ahí un tirón hasta el final… Sentí eso como que brotaba de golpe con la misma fuerza del agua y había que seguir esa corriente”.
En este sentido, la profesional sabe que por su mente inquieta surgirán otras historias que serán compartidas con sus lectores, con quienes recorrerán juntos otros paisajes y vivirán inolvidables historias de amor. “Tengo un cajoncito, entre comillas, son espacios donde guardo las ideas de las novelas que me gustaría escribir, de los temas que me gustaría tratar y no me preocupo mucho, porque sé que la misma historia va teniendo cada vez más fuerza y un día me decido y digo: ‘es esta’, con Corazón de amazonita pasó un poco eso, pero tengo en mente muchos proyectos. Termino una historia y no me quedo lamentando que la terminé, porque sé que me esperan otras, lo que falta siempre es tiempo”, manifestó entre risas.
Asimismo, explicó que “escribir es como leer; uno lo necesita y al mismo tiempo, a uno eso lo salva, a lo mejor de pensamientos tristes, de algunas situaciones, de conflictos, de preocupaciones con el entorno que a veces es hostil, y la escritura y la lectura son como universos donde uno se va metiendo y produce un efecto sanador”.
Así también expresó que se encuentra muy contenta y “agradecida de hacer lo que más me gusta y que a otros les guste también, eso está en mano de Dios, que lo que uno escriba lo reciban con alegría”, finalizó.
Sobre la escritora
Gloria Casañas es abogada y docente en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Enseñar y escribir son dos pasiones que la acompañan desde siempre, pero recién dio a conocer su obra literaria en 2008, cuando publicó En alas de la seducción, una novela patagónica que tuvo muy buena acogida entre el público.
Luego vinieron La maestra de la laguna (2010), un best seller que la llevó a dictar clases semestrales en Massachusetts; Y Porã (2011), ambientada durante la Guerra de la Triple Alianza y ganadora del Premio del Lector 2012 que otorgó la Feria del Libro de Buenos Aires; El ángel roto (2012) y La canción del mar (2013), enmarcadas en distintos momentos históricos de nuestro país.
Por el sendero de las lágrimas (2014) y La salvaje de Boston (2016) nos llevan de la mano de personajes que viven diferentes culturas aunque siempre ligados a lo más íntimo de la condición humana, donde el lector puede reconocerse y sentirse parte de la trama.
La tríada compuesta por Noche de Luna Larga, Luna Quebrada y Sombras en la Luna, fue un suceso a lo largo de tres Navidades consecutivas. La mirada del puma (2018) es su segunda novela patagónica y un clásico entre los lectores.
En 2019 publicó una novela en homenaje a Louisa May Alcott, titulada En el huerto de las Mujercitas, para la que viajó a Concord y conoció la casa de los Alcott, Orchard House, donde se escribió el clásico “Mujercitas”.
Su última obra, Corazón de amazonita (2021), transcurre en la selva misionera y es un canto a la vida silvestre, de la que la autora es ferviente defensora.
A partir de 2017, colabora semanalmente con la columna “Historias de otro tiempo” del diario La Nación, con cuentos históricos, un género que siempre cultivó. Casañas se ha convertido en un referente de la novela romántica en América Latina, y actualmente lleva vendidos más de 500.000 ejemplares.