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En materia de asistencia psicológica y psiquiátrica, desde la Dirección de Salud Mental se encuentran reforzando los profesionales capacitados ante la gran demanda registrada. Durante la pandemia de COVID-19, registraron un requerimiento de atención principalmente en una población juvenil.
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, el director de Salud Mental de Ministerio de Salud Pública de Misiones, Nicolás Aranda, detalló que en la provincia “lo que se vio, es una tendencia a nivel nacional, donde ha aumentado muchísimo la demanda a partir de la pandemia. Estudios recientes han demostrado que muchas de las personas que sufrieron COVID presentaron episodios de ansiedad, depresión, sumado a todos los familiares que se vieron afectados”.
En este sentido, “el Hospital de Fátima tiene un excelente abordaje, con un equipo interdisciplinario de psiquiatras, psicólogos, trabajadores sociales para los familiares, al ser un centro de referencia para pacientes con COVID. Esto funciona tanto para pacientes como para los familiares de personas que fallecieron por el virus. Lo mismo se replicó en servicios en el interior de la provincia”, añadió.
Los más jóvenes
A partir de la pandemia, Aranda aseguró que “uno de los grupos más afectados, con el aumento de consultas y una demanda, fueron los niños y adolescentes. Es un grupo prioritario. Hay un equipo de 10 psicólogos en el Hospital Pediátrico que trabaja con una población desde temprana edad hasta los 14 años”.
Adelantó que en el sistema de Salud Pública “está pronto a incorporarse un psiquiatra infantojuvenil, una especialidad muy requerida y escasa a nivel país”. La falta de este tipo de profesionales se debe a que “es un proceso de formación que muy pocos profesionales eligen”. Aclaró que “está en proceso su contratación y será parte del equipo del Hospital Pediátrico”.
Además, a nivel provincial, “tenemos dos personas en residencia en Salud Mental, interesadas en formación infantojuvenil. A la larga, podría crearse en la provincia una rotación para los residentes y garantizar que se genere recurso humano propio en Misiones”, agregó.
En materia de herramientas pensadas para atender a la población más joven, el director de Salud Mental indicó que “en la Zona Capital se está capacitando a los psicólogos para un abordaje infantojuvenil hace unos dos meses y continúa el próximo año. La idea es brindar herramientas a todos los profesionales y reforzar la atención en la niñez”.
Los pacientes crónicos
El director de Salud Mental compartió que “en atención psiquiátrica lo que debemos pensar es en que dependiendo el diagnóstico, se asigna un abordaje. Hay pacientes que requieren un abordaje crónico, medicación a lo largo de varios años, con un compromiso tanto de la persona como de su entorno familiar. En otros tipos de diagnósticos, como son los episodios de ansiedad, ataques de pánico, que muchas veces se decide medicar por un tiempo y luego se suspenden para seguir con tratamiento psicoterapéutico o es dada de alta”.
Nicolás Aranda contó que “en el Hospital Carrillo hay 30 camas de crónicos. Comparado con la media nacional, tenemos muy pocos usuarios crónicos en internación. Después en otros municipios, hay usuarios crónicos, pero viven con sus familias, algunos trabajan o tienen discapacidades con sus respectivos abordajes. En la parte de urgencias y casos agudos, son unas 8 camas, lo cual va variando, porque es internación breve”.
Con los pacientes crónicos, indicó que “muchas familias no los han acompañado y para salir requieren todo un seguimiento para garantizar que esa persona pueda vivir en comunidad”. Manifestó que “por ley, se apunta a un abordaje de la salud mental integral, que no se trabaje con los manicomios, sino que cualquier persona con padecimiento mental pueda ser atendido en cualquier hospital”.
Por otra parte, contó que “algunas personas quedaron del régimen anterior a la sanción de la ley de salud mental y luego de tanto tiempo hay que pensar si requiere pasar a un geriátrico u otra institución, al ser adultos mayores sin el grado de autonomía para vivir solos”.
Una casa de medio camino
Aranda precisó que “está en proceso una casa de medio camino, donde no habrá una internación, sino un espacio asistido. Se ayudará a las personas para que puedan manejar alimentos, horarios, higiene personal y se buscará que puedan avanzar a una cierta autonomía. A su momento, se considerará que el paciente puede estar de alta e irse con algún familiar o vivir por su cuenta”.
Una fragilidad de “Fin de Año”
El director de Salud Mental, Nicolás Aranda, comentó que para el cierre de año “es propio de ciertas patologías que en estaciones con mucha movilización se vean afectados. Llega un momento de fiestas, donde el discurso social apunta a que nos reunamos con familiares y se genera en aquellas personas que atraviesan un padecimiento mental una cierta fragilidad”. Por otra parte, “tenemos trastornos, donde en estas épocas de mayor estrés con el cierre de año, con mucho trabajo y cansancio, son favorables a tener episodios agudos”, agregó.