Durante la mañana del 18 de enero de 2021, y tras una intensa búsqueda, encontraban en Wanda los cuerpos sin vida de tres hermanos de 8, 10 y 13 años que el día anterior habían ingresado al río Paraná a refrescarse, en la zona conocida como bajada de Picada Cárdenas.
El domingo 17, alrededor de las 17, los menores domiciliados en el barrio San José Obrero de Wanda habían llegado a la costa para mitigar el calor y en busca de un rato de esparcimiento, pero de repente desaparecieron de la superficie.
Esto fue observado por un joven de 25 años que se encontraba en la zona y quien intentó ayudarlos. Rápidamente se dirigió a dar aviso a la policía.
Efectivos de la comisaría local alertaron a su vez a las autoridades de Prefectura Naval, quienes con una lancha y la actuación de buzos tácticos comenzaron a rastrillar el curso de agua mientras los policías hacían lo propio desde la costa.
La búsqueda de los menores se extendió hasta que la luz diurna lo permitió y el lunes 18 a primera hora retomaron la tarea, a la que se sumó el padre de los niños, de 55 años.
Finalmente alrededor de las 9, a unos 500 del destacamento de Prefectura, los cuerpos fueron hallados y retirados del agua.
Los niños formaban parte de una familia compuesta por tres hermanas y otros dos varones, todos mayores que ellos.
Los cadáveres fueron revisados por el médico policial, quien no constató signos de violencia y diagnosticó asfixia por inmersión.
Se presume que al verse en problemas para mantenerse a flote, intentaron ayudarse mutuamente pero finalmente perecieron.