
Si la inflación de los alimentos causa pavor al tocar los 50 puntos durante los doce meses de 2021, qué se puede decir de los materiales de construcción que en Misiones tuvieron un incremento promedio de 65%, con algunos productos que estuvieron incluso por encima. La diferencia es que los alimentos son algo que se debe consumir todos los días en todas las clases sociales, en cambio, la construcción es una actividad reservada solamente a aquel que tiene cubiertas sus necesidades básicas.
Para entender estos números, que a simple vista parecen descontrolados, el presidente de la Cámara de Comercio de Posadas, Sergio Bresiski, explicó a PRIMERA EDICIÓN que existen diversos motivos que alientan la suba.
“Una cosa es la inflación en boca de expendio en Loma Negra o Acindar, en el cemento o el hierro donde ronda entre 55% a 70%. Pero también tengo la inflación del costo logístico, que supera un poco la media nacional. Por eso dicen que el NEA tiene la inflación más cara porque es más costoso traer los productos hasta acá, encima hay menos combustible”; señaló el empresario del rubro, justamente, de materiales de construcción.
Entre los diversos materiales, los que más incremento registraron fueron aquellos derivados del hierro y del cemento “porque son hiper intensivos en cuanto a consumo o demanda de energía. Para ellos la energía no está subsidiada, está al tope del consumo”.
Además, hay otra razón que según Bresiski, nos remite como país a la necesidad de revisar la política económica de los años ‘90 para encontrar respuestas.
Por un lado, hay pocas empresas que producen cemento y hierro, por lo tanto, hay poca competencia y eso los convierte en formadores de precio. Por otro lado, esos productos como hierro y cemento no se exportan, entonces hay que comprar a la industria nacional al precio que se fije. Y el tercer punto es que son empresas con capitales extranjeros que maximizan su rentabilidad por la incertidumbre económica.
Recordó que en los años ‘90 hubo una extranjerización de la industria nacional y ahora esas empresas “están cobrando una inflación de riesgo”. “No es lo mismo tener Loma Negra en Argentina que en Chile. Allá por cada bolsa de cemento ganan 30 centavos de dólar, pero en Argentina no se sabe qué va a pasar el mes que viene entonces quieren ganar un dólar porque hay más riesgo. Eso provoca una inflación muy alta”, sostuvo.
Explicó que esa variable se llama “inflación de riesgo” porque “acá tenemos la sensación de que el equilibrio es muy delgado, operar en Argentina tiene costo más alto porque no hay políticas públicas a largo plazo”. A eso se suma “el costo operativo logístico de comercializar esos productos, son pesados, demandan espacios más grandes que se deben alquilar, galpones, también camiones para su transporte, todo suma y tiene un costo operativo con proceso inflacionario más alto”.
Se debe adicionar un nuevo factor: la devaluación del peso frente al dólar. “Influye el hecho de que a estas empresas no se le permite girar sus utilidades para reinvertir internamente. Entonces, acomodan los precios en pesos a la devaluación del dólar”, dijo.
Explicó que “cualquier empresario hace la siguiente lectura: dos años de gobierno de Alberto Fernández con 50% de inflación. Agarró un dólar a 63 y tiene que estar en 126 pesos, pero está 105, esto es irreal. Al no tener producto dolarizado tratan de acompañar la devaluación”.
Incluso se animó a sostener que el cemento está “atrasado”. “Hoy se está comprando el cemento a un precio de 105 pesos por dólar, es decir a un dólar oficial. Eso explica por qué hay un boom de la construcción privada”.
“El que tiene dinero quiere comprar un auto y no hay, si quiere comprar dólares debe pagar más de 210 pesos, entonces encuentra que la construcción está al precio de dólar oficial y se terminan canalizando los ahorros al dólar oficial”, sentenció.
“Por eso hay grandes emprendimientos inmobiliarios en la ciudad y tenemos una demanda tremenda de materiales para construir”, agregó. Por último, dijo que “se da una cuestión muy extraña. La construcción está caro para el argentino, pero si vas afuera y ves los precios termina siendo barato construir en Argentina. La bolsa de cemento a mil pesos no es cara si analizas el proceso que demanda su elaboración y lo comparas con un kilo de yerba que pagas 500 pesos y tiene un proceso más corto y pequeño”.