En la familia Freitas, fue papá Juan el que transmitió a los suyos la pasión por las motos. Es que, desde muy joven, cuanto tenía entre quince y 16 años, comenzó a trabajar como mecánico de este tipo de rodado. Ejercía la profesión con Carlos Albisser, un corredor de la época, muy conocido en la zona, que lo llevó a participar de esto que son las carreras, “algo que se tornó un vicio”.
Marcelo Freitas (45) recordó que su padre comenzó en la década del 70. “Entre el 72 y el 74. En esa época en la zona eran todos circuitos de tierra y él corría con una Gilera 200. En el año 74 salió campeón provincial con Gilera en la categoría fuerza libre. Este año se cumplen 50 años que comenzó con la moto, y este año se jubiló, a los 65 años”, manifestó.
Con el número 108 impreso en la motocicleta, Juan Freitas, salió campeón provincial en el año 74, en la categoría 200 cc. nacional y fuerza libre. Según Marcelo, en esa época eran motos de calle preparadas para circuitos de tierra. “Se las clasificaba por la cilindrada, siempre en tierra, y en esa época la rivalidad estaba dada entre la Gilera y la Zanella, que eran las dos únicas marcas a nivel nacional. Se daba una competencia a muerte. Si aparecía alguna importada era porque alguno lo trajo de otro lado”, explicó.
En 1990 Marcelo Freitas comenzó a correr con el número 32, en la misma categoría 200 cc con marcas nacionales, en cuatro marchas. “En los años 90, como se empezaron a restaurar todas esas motos, se dividió, porque había motos más nuevas de la época del 80, con cambio. Cuatro marchas refería a las motos antiguas como la Gilera y Zanella. Después entraron Honda, Yamaha, de cinco marchas, importadas, marcas nuevas, motores nuevos, italianos”, señaló.
Dijo que las limitaciones siempre pasan por un tema económico. Es que el deporte motor es una pasión costosa, entonces, “para salir afuera en esa época o para correr un nacional se necesitaban muchos auspiciantes, tener mucho apoyo de gente o dinero. Entonces comenzamos como locales, en circuitos de tierra, por ahí íbamos a Posadas, que era el único lugar donde había asfalto junto a Oberá. De ahí no podíamos salir. Salvo que tuviéramos auspiciantes buenos que nos apoyaran a nivel nacional. Aunque en una época lo pudimos hacer”.
Los recuerdos más lindos que le quedan a Marcelo son los de los campeonatos provinciales. “Era algo muy peleado, motos parejas, no había tantas peleas de marcas oficiales. Era simple. El que tenía ganas, se montaba a la moto, se colocaba el casco, sacaba los faros, los guardabarros, y se largaba a correr”, aseguró. Pero lo más lindo es la continuidad de la pasión. Esa que Juan le transmitió a él; luego a su hermano Diego (35), y finalmente, a su sobrino Sebastián, hijo de Diego.
Por ejemplo, Marcelo dejó de correr cuando comenzó a correr su hermano, que es diez años menor. Diego sería el tercer piloto de la familia. Con el número 77 fue campeón durante cinco años consecutivos: 2001, 2002, 2003, 2004, 2005. En esa época, gloriosa para los Freitas, se había implementado la categoría nacional. Fue entonces que “empezaron a entrar muchas motocicletas importadas y él corrió en tres categorías: 200 nacional; ciclomotores, que corrían todas las categorías, y la internacional, donde entraban las importadas. Pero mi hermano siempre siguió la tradición de la Zanella, siempre corrió con la Zanella en la categoría importada, donde hizo un excelente desempeño porque la peleamos con nuestras herramientas, con nuestra preparación, a las motos importadas que ya venían para competición”, celebró.
“Fue campeón durante cinco años consecutivos sin parar, fue una trayectoria impresionante. Después se volvió a cortar. Pero ahora apareció Seba, que es el hijo de mi hermano”, contó.
El heredero
“Seba” (17) corría con el número 69. Fue campeón de enduro 2017 en la categoría pre junior velo cross. El año pasado salió triple campeón provincial en tres categorías. Según comentó su tío Marcelo, es considerado uno de los casos especiales porque “nunca un piloto logró tres campeonatos en distintas categorías. Mi sobrino se bajaba de una moto y se subía a otra, se bajaba de esa y se subía a una tercera. De esta manera, logró un desempeño increíble”. Después de la pandemia y todas las situaciones que se atravesaron a raíz del COVID-19, “se habían terminado las competencias, las reuniones, que se retomaron este año. Hubo un auge impresionante. Aparecieron todos los pilotos con todas las ganas de ganar, de todos lados, los chicos que estaban guardados, las motos que estaban paradas, aparecieron todos, con toda la adrenalina que eso requiere”.
En las reuniones familiares que se realizan en la casa de los Freitas, se habla de motos, se cuentan miles de anécdotas, se habla de los rivales, de las cosas que se puede mejorar, de cuál es el piloto que apunta a ser campeón, y de “quien hay que correr”, agregó Marcelo, entre risas. Está a la vista que el tema de las motos es recurrente pero entretenida.
Generalmente el motociclismo es un deporte “donde se destaca la juventud. Mi viejo dejó de correr por un tema de edad, después empecé a correr yo, y cuando mi hermano comenzó a correr también dejé, porque es como un deporte en el que las adrenalinas se van apoyando, uno de ser piloto pasa a ser preparador, a ayudar, mecánico, colaborador, así llegamos a una tercera generación que es Seba, el nieto de Juan”, citó orgulloso, de su aporte, y de la continuidad de su sangre.
A entender de Marcelo, “el apoyo familiar siempre tiene que estar, es fundamental, y a todo el entorno familiar, le tiene que gustar. Ir a ver un campeonato enmedio de la polvareda, permanecer durante un sábado y un domingo en un campo, a la intemperie, dormir en carpa. Esto demuestra que si no tenés el apoyo familiar, tampoco lo lograrías. Es muy difícil”.
Algo que perdure
Mientras aprecia los logros de los más jóvenes, Marcelo, además de continuar con el taller de motos, realiza exposiciones a las que acerca motos antiguas y, además, tiene en proyecto un museo.
En una época, “hasta el año 90, fines del 97, 98, retomé juntando piezas de moto que quedaron de las carreras de esa época. Como restaurador comenzamos a juntar partes, contando la historia.
En Puerto Rico, es el segundo año que realiza la Expo Moto Retro. “Junto motos de la época del 80 y de competición, de pilotos famosos de la zona como Silveira, como Albisser, como Germán Rocabert. Tuvimos la suerte de tener la moto de Rocabert, un famoso corredor de Posadas. Siempre tratamos de recuperar esas motos antiguas que eran de carrera, además de las motos antiguas restauradas que se pueden sumar. Esto es un valor incalculable de sentimientos”, aseguró. Al juntarse un par de pilotos, surgió que un preparador comentó que tenía una moto antigua, el otro, que está restaurando una. Fue entonces que “nos juntamos todos e hicimos este Moto grupo Retro, que hacemos el segundo encuentro provincial, que es muy famoso en la zona, con mucho éxito, con apoyo de la Municipalidad local, y que se está tornando un evento grande”. A fines de 2022, se hará la tercera edición y recibirá el mote de internacional. Es que “tenemos coleccionistas que vienen desde Paraguay, de Brasil”, enumeró.
Esta convocatoria empezó hace dos años, en coincidencia con los actos del 100 aniversario de Puerto Rico, pero el año pasado, como a todos, la pandemia les jugó en contra.
Marcelo relató que esto “nos toca muy de cerca, porque la localidad de Puerto Rico tiene campeones nacionales como Gabriel ´Peta´ Borgmann, son muchos los referentes que salieron de aquí y que corrieron a nivel nacional”.
A su entender, Puerto Rico es “fierrero de alma. Todos los chicos de esta zona sueñan con tener un circuito, que ya está en proyecto, quieren entrenar y armar una escuela de pilotos. Y, lógicamente, seguir representando a la ciudad de Puerto Rico a nivel provincial, nacional, y si Dios quiere, mundialmente”.
Colaboración:
Horacio Cambeiro