El diálogo es clave para relacionarnos como personas y perfeccionarnos como seres sociales. En estos tiempos, en que hemos vivido tantos momentos de aislamiento social a causa de la pandemia, es oportuno que podamos reflexionar sobre la importancia de la escucha y el diálogo fraterno para nuestra vida familiar y social. En este sentido es oportuno reflexionar entorno al mensaje principal de nuestro querido Papa Francisco en la jornada mundial de las comunicaciones sociales, que nos invita a “escuchar con los oídos del corazón”.
En estos tiempos, donde abundan palabras y opiniones de todo tipo sobre las distintas realidades, el papa Francisco nos anima a fortalecer el verdadero diálogo hacia el interior de nuestras familias y comunidades. El auténtico diálogo en nuestras relaciones interpersonales se fortalece cuando agudizamos nuestra capacidad de escucha del otro. “Escuchar con los oídos del corazón” es condición esencial para todo dialogo y comunicación.
Tantas situaciones que vivimos en nuestro mundo actual, requieren de una verdadera escucha como seres humanos: la escucha de los clamores de nuestra naturaleza frente al impacto del cambio climático que estamos sufriendo; la escucha activa que nos invita a dar respuestas a tantas personas marginadas y otros tantos que emigran de distintas partes del mundo en busca de mejores condiciones de vida social y económica, la escucha atenta a Dios que nos habla al corazón de cada ser humano en las realidades particulares que cada uno está viviendo…La verdadera escucha nos enriquece y como nos dice el mismo Papa Francisco nos hace descubrir la verdadera “dimensión del amor que nos une como personas.”
Frente a tantas situaciones de violencia verbal que solemos experimentar a diario en nuestros diálogos interpersonales y en nuestras redes sociales, nos damos cuenta que necesitamos una verdadera escucha de nosotros mismos: de las propias necesidades, carencias y de lo que cada uno vive en el silencio del corazón, para que nuestra nuestro diálogo también sea una verdadera expresión del amor que parte del corazón.
Cuando nos falta esta escucha interior, muchas veces tampoco logramos una diálogo sincero con el otro. Cuando hay sinceridad en la escucha interior y cuando se opta por comunicar la verdad nuestros medios llegan a ser verdaderos canales de formación de personas en valores. Este tiempo de pandemia nos invita a abrirnos a la escucha sincera de tantas personas que están heridas por el dolor de la enfermedad y la pérdida de sus seres queridos. Nos abre a un diálogo sincero con las nuevas realidades que estamos viviendo como comunidad internacional.
Estos tiempos tan difíciles que estamos atravesando, hace necesario que escuchemos la voz de Dios que nos habla desde la Palabra de Dios y desde el diálogo sincero que mantenemos con nuestro Dios en la oración. La verdadera escucha a la voz de Dios, nos permite ser canales de su gracia tanto para nuestras familias como para nuestras comunidades.
Que las situaciones de crisis socioeconómica que estamos atravesando, vigoricen nuestra persona y entorno familiar, construyendo relaciones interpersonales desde un diálogo sincero que nos permita mejorar nuestra vida social. Esto solo será posible si “escuchamos con los oídos del corazón”.