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Finalmente, tras permanecer prófuga de la Justicia brasilera desde octubre del 2021 cuando se fugó de la prisión estatal de Santo Antonio, Fernanda Fidelina Vázquez fue detenida este miércoles en Eldorado, luego de que Damián Figueredo (29), padre de Alexander, la ubicara en la casa de su hermana el kilómetro 4 de la Capital del Trabajo y alertara a la policía.
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, Figueredo manifestó que desde que la mujer se escapó de la prisión “empezó mi búsqueda de todos los dias tratando de averiguar y pensando dónde podía estar”.
En diciembre del 2021, Vázquez fue condenada a 34 años, seis meses y dos días de prisión en régimen cerrado, por un Tribunal de la Justicia del Estado de Paraná en Brasil, por los delitos de tortura y homicidio agravado, por la razón inútil, medio cruel y un recurso de apelación que imposibilitó la defensa de la víctima, Alexander Martín Figueredo, su hijo de tan solo 3 años. La mujer se había llevado al niño sin autorización de su padre hacia el vecino país.
Además de Vázquez, también fue condenado su concubino, Pablo Alves de 24 años, a 37 años de prisión en idéntico régimen.
En abril del 2020 trascendió que Martín Alexander Figueredo había sido llevado en grave estado el domingo 5 al Hospital Municipal Dionisio Cerqueira, con signos de haber recibido golpes en distintas partes del cuerpo. En un primer momento, la madre del menor y su pareja Pablo Alves dijeron que el chico se había golpeado como consecuencia de un accidente doméstico, pero ante la gravedad de las heridas en todo el cuerpo, los investigadores de la Policía Civil los detuvieron preventivamente.
La autopsia al niño en el Hospital de Dionísio Cerqueira confirmó que había sufrido politraumatismo de cráneo, hemorragia abdominal aguda debido a la rotura del hígado y del riñón, contusión en el pulmón izquierdo y que la causa del deceso habrían sido las hemorragias internas.
Ante las evidencias presentadas por las pericias y el examen de la autopsia madre y padrastro confesaron que golpearon al niño y que lo hacían porque lloraba y pedía comida.