
Las vacunas constituyen una de las medidas sanitarias que mayor beneficio ha producido y sigue produciendo a la humanidad. Gracias a los avances científicos, los especialistas han trabajado en su composición y se logró que funcionen para prevenir enfermedades que antes causaban grandes epidemias, muertes y secuelas.
Los principales riesgos asociados a la baja en las coberturas de esquemas completos de vacunación, son la reemergencia de viejas enfermedades erradicadas en la región, como la polio, tétanos neonatal, sarampión, rubeola y síndrome de rubeola congénita. Además, implica el aumento de casos de las enfermedades controladas como resultado de la vacunación masiva, como la hepatitis A, enfermedades invasivas por Haemophilus influenzae tipo b (Hib), coqueluche, difteria y tétanos.
Sin embargo, según la Organización Panamericana de la Salud, se estima que alrededor de 1 millón y medio de niños menores de 1 año en nuestra región no completan su esquema de vacunación en tiempo y forma , situación que se vio agravada por el confinamiento y la cuarentena producidos por la pandemia de COVID-19. Datos de OMS y UNICEF indican que la pandemia produjo que a nivel global 23 millones de niños se perdieran las vacunas esenciales en 2020, un aumento de casi 4 millones respecto de 2019 .
Para la doctora Elizabeth Bogdanowicz, médica infectóloga pediatra del Comité de Infectología de la SAP, la vacunación es una de las herramientas más importante de Salud Pública para el control de las enfermedades inmunoprevenibles. “Se requieren coberturas elevadas, homogéneas y sostenidas para mantener los logros y afrontar los desafíos de la prevención y eliminación de las enfermedades prevenibles por vacunación. Se considera que para que las coberturas de vacunación sean óptimas deben superar el 95%”.
Situación en el país
La Dra. Lución explicó que “en la Argentina, gracias a la vacunación, no se registran casos autóctonos de sarampión desde el año 2000, de rubeola congénita desde 2009, poliomielitis desde 1984, difteria desde 2006, tétanos neonatal desde 2007 y se redujeron en más del 96% los casos de trasplante hepático por el virus de la hepatitis A”. Además, advirtió: “si no tomamos medidas urgentes y se mantienen los descensos en los niveles de inmunización, estos logros pueden retroceder rápidamente”.
Por otra parte, el Dr. Nitto se explayó acerca de los motivos que influyeron en los últimos años en la baja de los niveles de vacunación: “Entre los factores que pueden haber contribuido durante la fase más agresiva de la pandemia a esta caída en los niveles de vacunación, se encuentran cuestiones vinculadas al acceso -dificultades económicas para llegar al centro de salud, escasez de recursos humanos, vacunatorios con horarios acotados-. A su vez, la disminución de las consultas y controles de salud que posibilitan la indicación de las vacunas correspondientes, el desconocimiento o baja percepción de riesgo por parte de la población, falsas creencias sobre supuestas contraindicaciones y una falta de confianza en la seguridad de las vacunas también son factores que obstaculizan la vacunación”.
Medidas que podrían contribuir a mejorar los niveles de vacunación en los niños
● Dar accesibilidad a los centros de vacunación con horarios amplios.
● Aprovechar cada contacto de los pacientes con el sistema de salud para controlar los esquemas de vacunación e iniciar y completar programas focalizados en los menores de 18 meses, al ingreso escolar y a los 11 años.
● Coordinar acciones desde los centros de salud con las escuelas o el área de educación correspondiente para facilitar el acceso a las vacunas. No descartar lugares donde se realicen mega eventos como partidos de futbol, recitales o centros de esparcimiento.
● Llevar adelante acciones proactivas como contactar a las personas empleando los registros nominales de vacunación o listas de pacientes por profesional o centro de atención.
● Promover la capacitación continua para profesionales y vacunadores, teniendo en cuenta la complejidad y actualizando los cambios en el calendario de vacunación.
● Difundir a la comunidad información clara, oportuna y adecuada dirigida a padres, pacientes, maestros y otros actores sociales que pudieran promover acciones a favor de las vacunas.
Vacunación contra el Coronavirus: los especialistas de la SAP recomiendan:
▪ Los pacientes que han padecido COVID-19 pueden recibir la vacuna una vez que hayan resuelto el cuadro clínico de COVID-19, con alta clínica y epidemiológica.
▪ Los contactos estrechos de un caso de COVID-19 deben vacunarse 10 días después de haber iniciado el aislamiento, siempre y cuando no hayan desarrollado síntomas.
▪ Las vacunas para COVID-19 pueden administrarse simultáneamente con otras vacunas, el mismo día o días diferentes sin requerir intervalos entre dosis.