La idea sobre los tatuajes cambió mucho en los últimos años, antes se creía que solo los mafiosos o personas que tenían que ver con el crimen eran los que tenían tatuajes. Tanto así que durante muchos años si alguien tenía un tatuaje se lo estigmatizaba y podían prohibirle entrar a muchos lugares o trabajar en ciertos oficios.
Hasta hoy en día hay países donde tatuar es ilegal y los tatuadores deben estar underground enfrentandose constantemente a las autoridades, como en Corea del Sur, y en Japón todavía hay lugares en donde no aceptan la entrada de personas con tatuajes visibles, como en los baños públicos y saunas.
En el caso de Argentina la cultura del tatuaje cada vez avanza más y Hugo Sosa, un tatuador experimentado que hace 10 años esta en el mundo profesional de los tatuajes, habló con PRIMERA EDICION sobre la Convención de Tatuajes de Arte de Misiones, una idea para hacer un evento solidario que empezó en el 2016. La última edición fue en el 2019 antes de la pandemia, y este año será los tres primeros días de abril en el Club Alemán.
Videos: Maria Gabriela López.
Durante el evento estarán presentes tatuadores de toda argentina, de Paraguay y de Brasil. Anteriormente hubo gente de Uruguay y México, pero este año por las restricciones vigentes de la pandemia esta todo más limitado. Aproximadamente serán entre 80 y 90 artistas, con la presencia de Victor Peralta, quien tiene un Record Guinness por modificación corporal.
El público podrá disfrutar de un patio de comidas y bebidas, habrá un pelotero para los más chicos y un sector para bandas de música. Lo principal será la competencia de tatuadores y el concurso de Miss Tattoo, donde cualquier chica que quiera participar podrá hacerlo y la que tenga los tatuajes más hermosos será la ganadora. También habrá un puesto de pearcings y de body painting (pintura corporal).
Gracias al espónsor del evento durante el día se sortearán regalos. “Lo lindo es que la gente se acerque para sacarse el estigma de que el tatuaje es algo malo, sino que es arte y que se puede mostrar de distintas formas”, expresó Hugo Sosa.
El estigma de los tatuajes
Sosa también habló sobre los cambios que el notó en cuanto a la opinión popular sobre los tatuajes. “Mucha gente que va a la convención nunca fue a un tatuador o a un estudio asique llega y ve que así es un tatuador. Porque la mayoría piensa que un tatuador es un tipo que esta con una aguja y un poco de tinta y no ve todo el protocolo que existe desde siempre”
El protocolo para tatuar se basa en la higiene, la limpieza y la atención al cliente en un lugar agradable donde no se sienta incómodo. “Lo primero que haces es hablar con la persona, de dónde viene, a qué se dedica y por qué quiere ese tatuaje, así la persona se siente más cómoda. Y en la convención la persona va pudiendo hablar con cualquier artista y se da cuenta de que el tatuaje llegó a otro nivel. Acá estamos recién empezando, en otros países el tatuaje es arte puro y se cobra fortunas por uno. Acá estamos en unos eslabones más abajo”, explicó Hugo.
Y después agregó que “antes vos veías un tatuaje y estaba horrible, así que se lo hicieron en la cárcel o algo. Pero ahora es algo artístico, vos sabes que el pibe pagó mucho para hacérselo. El estigma se genera por la mal información que existe, hay que conocer el ambiente y estudiar más lo que es el mundo del tatuaje. Vos lo decidís, es algo personal”.
Hugo también explicó que aunque se cree que la cultura del tatuaje nació en las cárceles en realidad hay momias de hace miles de años con tatuajes y en la antigüedad esto era cuestión de estatus en su sociedad, dependiendo del tatuaje se marcaba su estatus.
El sentimiento de querer hacerse un tatuaje
Según el profesional hoy en día las personas se tatúan para pertenecer a un grupo. El tatuaje genera un deseo de pertenencia, no es ya solo un sentimiento de lo que el tatuaje significa en lo personal, sino que se repiten mucho por el sentimiento de pertenencia.
El proceso de un tatuaje
En el local de Hugo trabajan dando turnos por WhatsApp y le piden a la persona que envíe un diseño de lo que se quiere hacer y el tamaño. Luego se hacen una serie de impresiones en Photoshop para simular una manga o una pierna y ahí la persona puede decidir si le gusta o si quiere cambiar algo. Una vez listo el diseño se pasa a hacer un calco, un esténcil del cual después se coloca sobre la piel por el lugar en que va a estar, y ahí si le gusta al cliente se pasa al lugar de tatuado.
A partir de ahí el tatuador ya no puede tocar nada con las manos desnudas, debe ser todo con guantes y esperar que el esténcil se seque y el cliente este tranquilo. Se debe armar una mesa con todas las cosas estériles, desde las agujas hasta la tinta están en recipientes cerrados. Todo se abre en el momento y se le muestra al cliente, las maquinas deben estar limpias y nada se arma antes de estar con la persona que se va a tatuar.
Como todas las enfermedades y contagios fueron avanzando en la historia, también se avanzó en la protección del cliente. Una sesión puede durar desde 1 a 10 horas, dependiendo de lo que este aguante y como se sienta, debe tener las defensas altas y estar descansado, se debe hidratar bien y llegar a la sesión con una buena actitud para no estar tenso.
En cuanto a la pandemia Hugo contó que “se agudizó el protocolo en cuanto a tratar con el cliente, un poco más distanciado, el barbijo a la hora de tatuar. Tratando de tener el menor contacto posible con la piel y la persona. Pero yo creo que se tatuó mucho más durante la pandemia que antes. Al no tener tantas actividades o cosas para hacer la gente tenía más tiempo para tatuarse. Ya que no había viajes y gastos extra se incrementó mucho el trabajo de un tatuador”.
Por último, indicó cuánto cuesta todo el proceso, diciendo que se paga el servicio desde que se ingresa al local. Una sesión de 5 horas puede costar hasta 90 mil pesos, “mientras más grande el tatuaje más material usas. El precio mínimo es 3.000 y de ahí varía según el tamaño de lo que se desea hacer”.