Con un incremento del 4,9%, el rubro alimentos y bebidas superó ampliamente el índice inflacionario de enero que marcó 3,9%, el indicador más alto desde abril del año anterior.
La pérdida de la producción por la extendida sequía en casi todo el país, la intensa ola de calor y los incendios que azotan a las regiones más productivas, la suba de los precios internacionales y la potente inercia inflacionaria argentina se combinaron para hacer intenso el Índice de Precios al Consumidor de enero y un combo explosivo para el rubro alimentos y bebidas, teniendo en cuenta la progresiva pérdida de poder adquisitivo de la mayoría de la población. Cabe recordar que para este año el Gobierno estimó una suba del IPC del 33% en el proyecto de Presupuesto contra el 55% de los privados.
En ese tren de estimaciones y con el índice de enero ya publicado, cabe saber lo que ocurrirá en febrero teniendo en cuenta que, generalmente, en el segundo mes del año los aumentos no se producen de manera aislada y suelen ser más elevados que la inflación promedio. Así las cosas, se sustenta el peligro de que la dinámica inflacionaria haya encontrado un nuevo ritmo estableciendo desde temprano un índice anual más cercano al 55% de los privados que al 33% del Gobierno.