
La solidaridad y el cariño por los animales es lo que impulsa a Juan Carlos Ríos, jubilado de la Policía de Misiones y taxista de esta Capital. Lleva años ayudando a los animales, especialmente a los perros de la calle, a los que rescata y cuida. La obra de Ríos se conoció incluso a nivel nacional, ya que hace cinco años cuida, alimenta y le da cobijo en la Terminal de ómnibus de Posadas a cuatro perros que viven en ese lugar, pero tres son los que cuida Ríos, Colita, Samanta y Negro, tienen incluso casitas para refugiarse gracias a él.
“Son cuatro, pero en ese sector, en el de taxis, se quedan tres Samanta, Colita y Negro, la otra se queda con la guardia de la Policía que también le hicieron una cucha y se ocupan de ella”, contó a PRIMERA EDICIÓN.
Samanta, Colita y Negro son los perritos que cuida en la Terminal, pero en su casa Ríos tiene otros cinco perros rescatados, todos están castrados y son parte de su familia. Ríos contó que considera su obra como “un granito de arena, soy amante de los animales, no quiero ver a un animal sufrir o encerrado. Samanta por ejemplo apareció un día en la Terminal llena de sarna en todo su cuerpo, le curé la sarna que aún hoy le dejó rastros en la carita, donde le crece poco pelo, la llevé a castrar y se quedó conmigo”.
“Cuando se inició la pandemia, la Terminal cerró como once meses, no había pasajeros, no había nada, así que yo me iba igual a la mañana y a la tarde a llevarles agua y comida. Ahí comencé a llevarla a Samanta a mi casa, la llevaba y la traía, mientras yo me quedaba en la terminal ella estaba conmigo, después nos volvíamos a casa, porque ella es la más casera, ella me espera mientras yo hago los viajes con el taxi. Colita y Negro son más vagos, ellos andan por todos lados. Colita apareció un día con unos diez perros persiguiéndola, estaba en celo, así que la agarré, la metí en el auto y llevé a mi casa, la encerré esa noche, yo ya conozco el procedimiento previo a la castración, que tienen que estar en ayunas, y al otro día la llevé y la castré, y ahí se quedó”, contó.
Su amor por los animales y ayudar a los que están en la calle no es de ahora, Ríos es misionero y fue servidor público, era policía “me jubilé hace 15 años y nos fuimos a vivir al Calafate con mi familia, allá sí que hay cientos de perros en la calle. Yo alimentaba a 15 perros y como mi familia también es amante de los animales, mi hijo trabajaba de voluntario en una asociación municipal que es similar al Imusa de acá, limpiaba los caniles, cuidaba a los perros allí, incluso se trajo dos cuando volvimos a Posadas”, indicó.
La tarea de cuidar, en todo sentido, a los animalitos no es fácil, sobre todo es costosa, Ríos contó que “gracias a la difusión que le dio una chica que subió una foto contando la historia en las redes sociales, terminó siendo noticia incluso en los medios nacionales, lo bueno de la difusión es que recibí ayuda de una veterinaria local, me dieron una medalla, alimento y atención veterinaria de por vida para mis animalitos, eso me ayuda realmente, porque siempre es necesaria la atención veterinaria que es costosa y también el alimento”.
“También un par de señoras me donaron dinero para alimento y platitos para los perritos, siempre digo, si fuéramos más lo que nos ocupáramos, sólo un poco, de estos animalitos, no estarían en la calle. Durante la pandemia, cuando la terminal estuvo cerrada, todos los días les llevaba agua y comida, porque Colita y Negro nunca se fueron, Samanta va y viene conmigo, pero ellos se habían quedado ahí, así que había que atenderlos, cuidarlos”, explicó.
Para Ríos sus rescataditos son una alegría “muchas veces uno vuelve del día laboral con problemas o de mal humor, y allí están ellos, siempre recibiéndote con alegría, moviendo las colitas y expresando la alegría de verte, te cambia el día, a mí me hace feliz”, dijo.