Paralelo a la alta inflación de precios minoristas de enero (3,9%, el indicador más alto desde abril del año anterior), surgieron por estas horas otros datos duros de la realidad que aportan a clarificar el estado de las cosas. Uno de ellos es que el poder de compra medido en dólares de un billete de 1.000 pesos cayó 92% desde que emitió en noviembre de 2017.
“Desde su primera impresión en noviembre del 2017, el billete de 1.000 pesos, el de mayor denominación en Argentina, pasó de valer 57 dólares a tener un valor de apenas 4,6 dólares a febrero de 2022 tomando el dólar contado con liquidación (CCL)”, indica el reporte difundido en las últimas horas.
Otro dato es que, en relación a la línea de la pobreza, el mismo reporte indica que “una canasta básica familiar en noviembre de 2017 costaba 16.027 pesos, mientras que su valor a diciembre de 2021 fue de 76.146 pesos”.
El análisis advierte que “si hoy quisiésemos tener un billete con un poder adquisitivo equivalente al de 1.000 pesos cuando se emitió por primera vez, entonces la casa de la moneda debería imprimir uno de 5.900 pesos”.
La medición deja muchos datos acerca de la velocidad de la crisis y su magnitud. Y también denota las reiteradas inconsistencias de las sucesivas administraciones que sumieron al país en un barro demasiado espeso.