Luego de que Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía y tutor del ministro Martín Guzmán, recibiera una avalancha de críticas por asegurar que la Argentina está viviendo un “milagro económico”, ahora un prestigioso economista y académico de Estados Unidos salió a contradecirlo. Y compartió un oscuro pronóstico sobre el acuerdo entre la Argentina y el FMI.
Se trata de Willem H. Buiter, un reconocido economista inglés-estadounidense que actualmente ejerce como profesor adjunto de Asuntos Internacionales y Públicos en la Universidad de Columbia.
Buiter publicó este jueves una columna en el sitio Project Syndicate -el mismo donde Stiglitz subió su polémico elogio a la Argentina- y la tituló: “Una actualización de criterios para el FMI”.
El prestigioso economista analizó los detalles que se conocen del acuerdo entre la Argentina y el Fondo, que es el número 22 en la historia del país. Y pese a que remarca que aún se desconoce la letra chica del programa, vaticina un fracaso. “Será disfuncional porque no habrá una reestructuración inmediata de la deuda externa de Argentina”, plantea directamente.
Al anunciarse el entendimiento, el ministro de Economía, Martín Guzmán, explicó que se acordó un nuevo crédito de facilidades extendidas en el que el FMI le “prestará” a la Argentina la plata que necesita para cubrir la deuda tomada con el mismo organismo por la gestión de Mauricio Macri, mientras que el Fondo también realizará una serie de revisiones trimestrales como seguimiento.
Este crédito, el cual tendrá un período de desembolso de dos años y medio, deberá comenzar a pagarse en plazos más extendidos -a partir del 2026 y por 10 años- en una fuerte apuesta del Gobierno a la reactivación de la economía a través del impulso de la obra pública.
Buiter fue severo y cuestionó el plan acordado, exigiendo en cambio una reestructuración “inmediata y ordenada” de la deuda externa argentina, a la que considera “insostenible”.
En esta línea, en referencia al acuerdo Stand-By al que llegó la gestión de Juntos por el Cambio, el economista propuso que los u$s 44.000 millones que la Argentina debe al FMI desde el 2018 sean incluidos en el proceso de reestructuración.
Buiter recalcó que el estatus que el Fondo sostiene como acreedor preferente debería ser suspendido ya que, “cuando un país pasa por estrés financiero”, este le otorga al organismo -y otro bancos multilaterales- prioridad para el repago sobre otros prestatarios.
El economista de la Universidad de Columbia fue duro no sólo con el Gobierno anterior sino también con el FMI: “La deuda está en los libros contables de Argentina porque el FMI decidió no exigir su reestructuración significativa antes de cerrar el acuerdo Stand-By N°21 iniciado en 2018”, pese a que ya se vaticinaba un “inevitable impago” de la deuda soberana que asomó finalmente en mayo de 2020.
“Ante la ausencia de controles de capital, la principal ‘contribución’ del préstamo del FMI fue posibilitar las fugas de capital”, aseguró Buiter terminante, continuando con su crítica al organismo.
La propuesta
El panorama planteado por el economista se proyecta fatídico: su análisis revela que el acuerdo entre la Argentina y el FMI tiene una alta probabilidad de fracasar y responsabiliza por ello tanto al Fondo como a la gestión de Mauricio Macri y de Alberto Fernández.
Sin embargo, Buiter propone una solución que considera mucho más viable para que la Argentina pueda resolver de raíz sus problemas financieros: reestructurar la deuda del primer acuerdo en vez de proceder con uno nuevo para inyectar más fondos, los cuales habrá que devolver más adelante en una arriesgada apuesta al crecimiento económico nacional.
“A la Argentina se le debería exigir que implemente una radical reestructuración de la deuda pública que reduzca la deuda bruta del Gobierno federal desde su nivel actual superior al 100% del PIB a no más del 60%. Y el FMI debería estar sujeto a los mismos criterios que los demás acreedores”, explicó.
Y, para concluir, volvió a criticar al FMI: “Debería pagar el precio por sus notorios fallos de evaluación de los criterios de acceso excepcional en 2018”.
“Mauricio Macri no cumplía y Alberto Fernández tampoco”
El economista también recordó los cuatro “criterios de acceso excepcional” que el FMI tiene en cuenta a la hora de gestionar un nuevo préstamo y remarcó que Argentina tan sólo cumplía con uno de ellos a la hora de iniciar el nuevo crédito solicitado por Mauricio Macri. Estos son:
• Que el país tenga grandes necesidades de balanza de pagos.
• Una deuda pública que resulte sostenible.
• Perspectivas de recuperar el acceso a mercados de capitales privados.
• La capacidad institucional y política de implementar un programa apoyado por el FMI.
Tal como explica Buiter, pese a que Argentina sólo cumplía con el primer punto -grandes necesidades de la balanza de pagos- el acuerdo se cerró de igual forma y comenzaron los desembolsos, razón por la que el economista critica al organismo por su falta de juicio.
En base a esos mismos puntos, el profesor de Columbia analizó el acuerdo al que llegó Martín Guzmán con el FMI (el cual llama ADG N°22) y recalcó que la actual gestión se encuentra en el mismo punto de partida que la de Mauricio Macri: tan sólo se cumple con el primer criterio, es decir, una balanza de pagos deficitaria.
En contraste, la deuda pública no es sostenible, no se observan “perspectivas de recuperar el acceso a mercados de capitales privados” y tampoco hay fe sobre la capacidad política de la gestión de Fernández para implementar un nuevo programa con el apoyo del Fondo Monetario Internacional.
Y pormenorizó: “El talón de Aquiles de Argentina sigue siendo la sostenibilidad de la deuda pública. La deuda bruta del Gobierno general pasó del 57% del PIB en 2017 al 85,2% cuando se negoció el ADG Nº 21 en 2018”.
Agregó que “tras ello subió al 88,7% cuando el ADG se suspendió en 2019, y al 102,8% cuando se llegó al impago de 2020. Se estima hoy que la proporción de la deuda alcanzó el 107% a fines de 2021, un punto de partida significativamente peor para el ADG Nº 22 que el existente para el calamitoso ADG Nº 21”.