Después de las 22, el servicio metropolitano de transporte público de pasajeros se convierte en una pesadilla para cualquier usuario que intente volver del centro a su barrio o bien, necesite salir.
Pese a los reclamos, de vieja data por cierto, para contar con una frecuencia nocturna de colectivos más fluida, la situación no sólo sigue sin soluciones sino que, después de la reciente audiencia pública para tratar el aumento del boleto, se acentuaron las quejas al respecto.
“La falta de servicio, sobre todo durante la noche y los fines de semana, es otro de los temas que siguen sin solución. Mientras que la empresa afirma que no hay cortes ni cambios al respecto, nosotros venimos notando que hace algunas semanas se están quitando algunas frecuencias de la noche”, contó Facundo Borgeat, un usuario de la línea 03 Villa Cabello, quien el domingo último antes de las 23 estuvo en la parada por Tacuarí casi Corrientes, pero no logró volver a su casa en colectivo, tras casi dos horas y media de espera, según contó.
“Es un infierno recurrente. Cada vez que necesito tomar un colectivo después de las 22 en el centro vivo una pesadilla. Hace poco necesité tomar uno desde la parada sustentable que está por Junín para llegar hasta barrio Jardín, sobre la ruta 213. A la parada habré llegado a las 22.10 y la espera fue de más de dos horas, ya que recién cerca de la 1 de la madrugada pasó uno que ni siquiera me dejaba cerca de mi destino sino que para llegar debí caminar más de 10 cuadras. Me tuve que subir igual porque no me quedó otra”, fue su relato.
Y agregó: “No puede ser que pasen estas cosas en una ciudad tan grande como Posadas, por sólo su condición de gran ciudad debería haber colectivos en horario nocturno como mínimo cada hora desde los barrios hacia el centro y viceversa, porque hay demanda, las paradas se quedan llenas de personas varadas esperando volver o salir de sus casas”, se quejó el usuario.
En esa misma sintonía, desde el Foro de Seguridad de la Seccional IX de Itaembé Miní, Mariana Saracho también reclamó una solución urgente con respecto al servicio de colectivos durante la noche.
“El transporte público, para nosotros los pobladores de Itaembé Miní es un suplicio eterno. El pedido de más frecuencias nocturnas es un pedido de hace muchísimos años porque es algo que lo padecemos, pero en ninguna de las reuniones mantenidas con la empresa se llegó a una solución”, contó Saracho.
“De noche quedamos encerrados y sin acceso de un colectivo que nos lleve o nos traiga de la zona céntrica. Ni pensar si hay que ir al hospital”, alertó la mujer.
“Poder llegar a un centro de salud, que es algo fundamental, es imposible desde los barrios, donde no podemos ni siquiera soñar en tomarnos un domingo para ir a pasear a la costanera”, agregó.
Extensión de la transferencia
“Una cosa que venimos pidiendo hace rato desde la asociación Acción Vecinal es la frecuencia nocturna, porque quienes vivimos en la periferia de la zona sur nos quedamos aislados de noche”, fue en tanto el testimonio de su presidente Luis Gilardoni.
“No podemos ni siquiera hablar de horario nocturno, porque no hay directamente. Una solución sería la extensión del horario de la estación de transferencia hasta la medianoche y que vuelva a abrir a las 4 de la madrugada”, volvió a insistir el hombre sobre un viejo pedido de su asociación.
“Horario nocturno, entre comillas, es un privilegio de pocos barrios y ni para esos pocos se cumple. En Candelaria, según nos contaron, si hay que depender del colectivo, desde la medianoche nadie entra ni nadie sale porque después de ese horario recién vuelve a haber un colectivo a las 5 de la mañana”, se escandalizó Gilardoni en su relato.