
El padre de Débora Elizalde se refería de esta manera a los mellizos (hermanos de la joven) y de un bebé, quienes quedaron huérfanos de madre tras la muerte de la docente Gabriela Agüero (exesposa de Jorge).

“Mi hija pretendía seguir estudiando profesorado de Lengua y Literatura, retomar el tercer año.Gabriela trabajaba como docente de portugués y era una excelente profesional y madre. En estos momentos me cuesta mucho hablar. Mi hijo fue testigo de todo lo que sucedió y tampoco no se encuentra bien”, indicó el hombre.
Hallazgo perturbador
Por otra parte y en cuanto al avance de la investigación, la policía allanó ayer la vivienda del sospechoso e incautó municiones. En el lugar también se toparon con un hallazgo perturbador: en un ropero de la casa el propietario tenía pegadas numerosas fotografías de Débora, en una de las cuales estaba empuñando un arma de fuego que se cree que fue la misma o similar a la utilizada para quitarle la vida.
En la escena también hallaron una pistola calibre 22 y una caja con municiones del mismo calibre y marca que el revólver incautado en el lugar del doble crimen, es decir calibre 38. El comerciante que es uno de los más buscados por la policía en la provincia sería padre de dos hijos, de una reciente relación. Tras la ruptura habría conocido a Débora, a quien habría contratado para trabajar en su negocio, un telecentro ubicado en la zona urbana de San Antonio.
Fue en diciembre pasado que un Juzgado de Violencia Familiar de Andresito, a raíz de una denuncia de la joven por varias agresiones verbales en momentos en que el individuo estaba en estado de ebriedad, impuso la restricción, en este caso una orden de prohibición de contacto y acercamiento de él hacia ella, indicaron las fuentes.
Se desconoce aún qué inició la discusión entre los involucrados un bar de Bernardo de Irigoyen ayer a la madrugada, lo que habría desencadenado en el doble homicidio. El juez Martín Brites calificó la causa en forma preventiva como “femicidio dos hechos en concurso real”.
El hecho

Un hijo y hermano de las víctimas, respectivamente, fue testigo del ataque y logró sacarle el arma de fuego al asesino, quien logró escapar a bordo de una camioneta que luego fue hallada por la policía. No descartan que el sospechoso haya cruzado a Brasil a través de uno de los innumerables pasos fronterizos clandestinos de la zona.
Los uniformados tuvieron conocimiento del doble femicidio ayer a las 4, acudiendo de inmediato a la escena, ubicada a la altura de la avenida Comandante Andresito del barrio Nueva Esperanza de San Antonio. Al llegar, los efectivos hallaron sobre la vereda de una calle empedrada (a metros de la arteria principal), el cuerpo sin vida de dos mujeres, ambas boca arriba y con sus ropas ensangrentadas. En el lugar del hecho aún se hallaba un joven de 20 años, quien habría manifestado que minutos antes llegó al lugar en compañía de su hermana Débora Elizalde (24) y de su madre Gabriela Agüero (39), a bordo de un vehículo Volkswagen Gol Trend de color rojo, conducido por un hombre al que conoce como “Pauliño”.
Aún estando el Gol en el lugar, llegó una camioneta Fiat Toro cero kilómetro azul, conducida por un hombre al cual el testigo habría identificado, quien primero intentó embestir a Graciela. Luego y sin descender del vehículo, el conductor efectuó dos o tres disparos contra Débora y seguidamente a su madre. Ante ello, el joven se acercó rápidamente y tomó del brazo al tirador, para luego, forcejeo mediante, extraerle el arma de fuego y arrojarla a la vereda.
Al quedar desarmado, el autor de los disparos abandonó a toda velocidad el lugar, en dirección a la ruta nacional 101 -salida de San Antonio-presumiblemente con dirección hacia Andresito o Bernardo de Irigoyen. Los uniformados preservaron la escena hasta la llegada de los peritos y del juez de Instrucción 3 de Puerto Iguazú, Martín Brites (actualmente subrogando a los Juzgados de Instrucción 1 y 2 de Eldorado), quien orientó la investigación.
Mientras tanto, personal de la Unidad Regional XII montó un operativo cerrojo en toda la jurisdicción de San Antonio, Andresito y Bernardo de Irigoyen. En el lugar fue incautado un revólver calibre 38, que sería el utilizado en el hecho. En el tambor aún tenía tres proyectiles y fueron secuestradas tres vainas servidas en el lugar.
Las venía siguiendo
Acerca de las circunstancias que rodean el caso y en cuanto a las últimas horas de las víctimas, se supo que al parecer mantuvieron una discusión con el acusado en un bar de Bernardo de Irigoyen, indicaron las fuentes.
Las víctimas, en compañía del joven que presenció todo lo sucedido, regresaron a San Antonio en el vehículo que era conducido por “Pauliño”, que se investiga si es amigo o conocido de alguno de ellos o si funciona como taxi. Lo cierto es que al llegar a destino, el mencionado testigo dijo que se despidió de su madre y hermana y caminó unos metros, hasta que observó que llegó la camioneta del acusado, una Fiat Toro. Se cree que las venía siguiendo.
Fue allí donde continuó la discusión entre las mujeres y el hombre a bordo del rodado. De repente, según el testigo, el conductor extrajo un arma de fuego.
Ambas víctimas recibieron un disparo cada una en una zona ubicada entre la clavícula y el pecho, con trayectoria de arriba hacia abajo. Teniendo en cuenta lo que contó el testigo, el hombre no se bajó de la camioneta, les disparó sin moverse de su asiento. La dirección de las balas habría sido mortal, afectando órganos vitales. La mujer mayor de edad tenía un segundo disparo que le impactó en una mano. No obstante se aguarda la autopsia, que determinará fehacientemente la causa del deceso.
Según las fuentes el acusado tenía una restricción de acercamiento hacia la joven desde diciembre pasado por violencia verbal (emitida por la Justicia). Aunque según los primeros datos, ambos habrían reiniciado recientemente la relación.
Cerca de las 9 de ayer, cinco horas después del ataque que segó las vidas de Gabriela Agüero y Débora Elizalde, efectivos del Comando San Antonio y de Bernardo de Irigoyen, como así también de la Brigada de Investigaciones de la Unidad Regional XII, lograron ubicar en un paraje a unos 5 kilómetros de la zona urbana de San Antonio una camioneta Fiat Toro, la cual se encontraba con las puertas totalmente cerradas y con llave.
El rodado, vinculado por las declaraciones de testigos como el que ocupó el comerciante para darse a la fuga tras el hecho, fue requisado con la presencia del juez instructor (Martín Brites) y del fiscal en turno. Llamó la atención de los pesquisas la cantidad de sangre hallada dentro de la camioneta, del lado del conductor y en la rueda delantera izquierda, que se estima era de las víctimas fatales. Esto hace presumir que les disparó a quemarropa.
No se descarta que el sospechoso siguió huyendo de a pie en busca de refugio en la vivienda de algún conocido o que cambió de vehículo en alguna de las chacras con las que cuenta en la zona, confió una fuente.