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Mientras la familia aguarda por la detención del prófugo por el doble femicidio de Gabriela Agüero (39) y Débora Elizalde (24), un nutrido grupo de personas marchó por las calles de esta localidad para pedir justicia y exigir respuesta de las autoridades. Precisamente el último lunes, madre e hija fueron asesinadas por Sergio Kozak (38), quien huyó del lugar del crimen sin saberse nada de su paradero, si se oculta en el lado argentino o si se refugia en Brasil.
Ayer minutos antes de las 17, familiares, amigos, allegados de las víctimas, vecinos de San Antonio y representantes de organizaciones sociales de Puerto Iguazú, Oberá y una agrupación local, se congregaron frente al polideportivo para iniciar la manifestación.
Carteles con los nombres de Gabriela y Débora, además del rostro del sospechoso, eran portados mientras entonaban en voz alta pedidos por ambas. “Alerta. Por Gabriela y Débora. ¿Qué Queremos? ¡Justicia!”.
Graciela Elizalde, sobrina y prima de las víctimas dialogó con PRIMERA EDICIÓN y manifestó: “Salimos a pedir justicia para la captura inmediata del femicida Sergio Kozak. Que el Estado se haga presente y fije una suma de recompensa por datos del prófugo, para que sea más rápida la aprehensión. Nos sentimos abandonadas y desamparadas por el sistema judicial que tenemos en Argentina”.
La marcha de dirigió hasta la Aduana de San Antonio, sector limítrofe con Brasil y luego prosiguió frente a la Municipalidad, la Comisaría, el telecentro propiedad del prófugo y finalizó al regresar al polideportivo.
Cuando llegaron frente a la seccional policial, en voz alta reclamaron la presencia del jefe de la comisaría. “El jefe salió, no nos habló de ningún avance del caso, solamente nos dio una explicación precaria de lo que sucedió. Nada más”, se quejó Graciela.
La hermana de Gabriela Agüero, también habló con este Diario y expresó: “Estoy agradecida por el apoyo de la gente, pero no puedo opinar lo mismo de las autoridades. Todos ausentes, nadie se presentó a acompañar o a escucharnos. Nos cerraron la puerta de la comisaría y tuvimos que prometer que nos íbamos a portar bien. Somos educados, estamos dolidos, sólo queremos justicia”.
“Esperamos que detengan al femicida y después vamos a seguir con el reclamo de justicia hasta que finalmente sea condena. Nosotros, la familia, no estamos tranquilos. Mató fríamente a dos mujeres y no le va a costar nada terminar con más gente”, subrayó.
“Éramos cuatro hermanos. El año pasado uno de mis hermanos murió a causa de un disparo que no sabemos hasta hoy quien fue, nadie nos dio una respuesta y ahora mataron a mi otra hermana y a mi sobrina. Antes nos callamos por miedo, pero ahora ya no nos vamos a callar más”.
Por último habló el padre de Gabriela y abuelo de Débora, quien comentó: “Lamentamos que acá estamos tan aislados. Nadie nos ampara. No quiero que esto pase con otra familia. Todo lo que pido es justicia y que se muevan un poco más. Ese prófugo no puede estar lejos”.
El doble femicidio
El pasado lunes 21 en horas de la madrugada, Gabriela Agüero estaba con su hija Débora Elizalde y uno de sus hijos gemelos de 20 años en un local bailable de Bernardo de Irigoyen. Allí también estaba Sergio Kozak, quien había tenido una relación con la joven por espacio de menos de un año. Ella lo había denunciado y regía una orden de restricción de acercamiento.
Tras un cruce de palabras con él, Débora y su madre le pidieron a un amigo que las llevara hasta la casa de una amiga. La joven se quedó y Gabriela regresó junto con su hijo al lugar. Esta vez Kozak cruzó palabras con la madre de su expareja. Cuando se retiraron, Sergio los siguió con su camioneta. Luego de pasar a buscar a Débora, la madre y sus dos hijos llegaron frente a la casa de la abuela.
Kozak se presentó e intentó embestirlas. Luego le dio un disparo a la joven y cuando la madre quiso intervenir recibió también un disparo mortal. El hijo, no alcanzó a detener a tiempo la agresión. Alcanzó a quitarle el arma, pero el asesino huyó. Su camioneta fue hallada abandonada cerca de la frontera. Nada se sabe de él.