
Este lunes comenzó un juicio en el Tribunal Penal de Eldorado, contra un hombre de 36 años acusado de haber cometido abuso sexual de forma reiterada contra una niña desde que tenía al menos 6 años y hasta los 10. La víctima era su hijastra y según la investigación, sometió a la menor cuando se valía de la ausencia de la madre para cometer los hechos denunciados que ocurrieron hasta 2019.
El tribunal conformado por Atilio León, María Teresa Ramos y Carla Bergottini como subrogante, llamaron ayer a varios testigos entre los cuales declararon la maestra y la vicedirectora del colegio al que asistía la niña. Relataron la situación en la cual se enteraron de los abusos que sufría la pequeña y cómo se activó la denuncia contra el padrastro de la menor.
La pericia de Cámara Gesell que en casos de abusos sexuales contra menores son claves para obtener el relato de la víctima en la etapa de instrucción de una causa, fue puesta en duda por el defensor oficial, quien solicitó al tribunal que se realizara una nueva para volver a obtener datos acerca de lo que vivió la niña.
Esta es una cuestión que los integrantes del tribunal deberán evaluar para determinar si efectivamente es necesaria una nueva pericia, con los problemas que esto podría generar a la menor.
Es por ello que el debate pasó a cuarto intermedio para este martes, donde los magistrados definirán si aceptan o no el pedido del defensor, para luego proseguir la audiencia.
El caso
En el año 2015, la niña en cuestión tenía 6 años y desde ese momento el hombre habría comenzado con los primeros acercamientos sexuales hacia su víctima. La progenitora tenía además a una beba de tres meses y convivía junto con ellas en la vivienda del acusado ubicada en Eldorado.
Un día, la madre de la niña debió ausentarse de la casa para hacer un trámite y dejó a la menor en compañía del que era su concubino. Su padrastro la llevó hasta la cama donde dormía con su pareja y la accedió carnalmente. La agresión sexual quedó bajo estricto silencio, producto de la amenaza vertida contra la niña.
Los abusos fueron reiterados y se repetían en la cocina, en la sala en el baño y en la habitación de la menor. En cierta oportunidad, siempre cuando la progenitora debía ausentarse por diferentes motivos de la vivienda y la dejaba en confianza al cuidado del padrastro, el hombre se acostó en la cama de la niña y bajándole las prendas le exhibió material pornográfico explicándole “como se hacían los bebés”, según la investigación.
Pasaron varias años hasta que la niña no aguantó más la situación y a pesar de las amenazas, en las cuales le decía que iba matar a su hermanita y a su madre si contaba algo, se animó y se lo reveló a la su maestra. La progenitora al parecer nunca supo lo que pasaba con su hija.