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Mientras que parte de sus alumnos tienen que tener clases en un pasillo y otros en un balcón en un sector de la Escuela 250, la comunidad de la Escuela Especial 1 de Posadas observa cada vez más preocupada la obra paralizada desde el año pasado de su propio edificio, ese por el que los padres debieron salir a protestar para que el Ministerio de Educación iniciara su refacción integral.
En agosto se cumplirán tres años desde que la Escuela Especial 1 de esta ciudad se tuvo que mudar en forma “transitoria” mientras durara la obra. El primer año, en plena pandemia, las actividades fueron virtuales; el año pasado se organizaron rotando los grupos de alumnos porque solo cuentan con dos aulas. Este año, con la presencialidad plena y pese a haber perdido muchos alumnos por el cambio temporal de domicilio, las autoridades de este establecimiento de educación especial hacen lo imposible para garantizar un espacio para todos sus alumnos. Para ello, debieron improvisar aulas en un balcón y un pasillo.
El día a día es muy complejo para esta comunidad educativa, “estamos muy incómodos porque contamos con solo dos aulas, por lo que las otras secciones debimos ubicar en el pasillo y, cuando llueve, como ocurrió el otro día, tuvimos que correr todo porque entró agua”, contó la directora de la Escuela Especial, Alejandra Silvero, en diálogo con PRIMERA EDICIÓN.
Una titánica tarea
Según detalló la docente, la escuela especial no solo trabaja en sede sino también con los alumnos que van a escuelas comunes y necesitan apoyo escolar en contraturno “a falta de espacio, con ellos trabajamos en un balcón”.
La falta de aulas adecuadas impacta duramente en la dinámica de aprendizaje, “como parte de las aulas las tenemos en espacios abiertos que dan a espacios comunes, no podemos evitar que los chicos se distraigan cuando los alumnos de la Escuela 250 salen al patio o transitan. Nuestros alumnos tienen retraso madurativo, también tenemos niños y jóvenes con síndrome de Down, también asisten algunos alumnos que transitan solo una etapa en nuestra institución porque tienen problemas de aprendizaje… es realmente muy complejo trabajar con cualquier niño en un lugar con tantos estímulos, ni hablemos de nuestro caso, porque todos nuestros alumnos tienen algún problema de atención o aprendizaje”.
Lógicamente, para poder hacerse oír en medio de un espacio abierto, las docentes deben hablar casi a gritos, “la verdad es que es complicado para todos y la situación es una falta de respeto tanto para los alumnos como para nuestros docentes”, lamentó la directora.
Obra casi terminada… pero paralizada
Lo más difícil de todo es aceptar que tienen que seguir el ciclo lectivo en tan malas condiciones cuando su propia sede está casi terminada, pero con la obra paralizada. “Falta muy poco para que se termine la obra de nuestra escuela… no estamos pidiendo que nos construyan la escuela porque esa primera lucha ya la dimos, la construcción está muy avanzada y según nos indicó el ingeniero de la obra falta muy poco: las instalaciones eléctricas, el muro perimetral y la pintura, entre otras cosas”, detalló la directora.
Según la misma empresa constructora precisó a la docente, “la obra está mucho más adelantada de lo que el Gobierno pagó porque no se cumplieron los envíos de los montos acordados para continuar. El tiempo de ejecución era de dos años”, precisó.
“Cuando nos fuimos para que inicie la obra éramos consientes que teníamos que hacer este esfuerzo, pero lo hicimos con esperanza de que volveríamos a un edificio nuevo al cabo de dos años. La Escuela Especial 1 padeció durante muchos años por cuestiones edilicias porque nuestra sede original era muy vieja y asentada sobre un suelo inestable por lo que sufrió muchas rajaduras tras la construcción de la costanera”, recordó.
Matrícula
Silvero recordó que perdieron muchos alumnos al mudarse a la Escuela 250, “lógicamente, algunas familias buscaron que sus hijos siguieran en escuelas más cercanas a sus domicilios y esto se hizo evidente en el primer momento en que fuimos reubicados”. En la actualidad, cuentan con alrededor de un centenar de alumnos pero, según confirmó la directora, “todavía tenemos abierta la inscripción porque no podemos dejar fuera del sistema educativo a niños que aún no consiguieron inscribirse en otras escuelas especiales”.