El 26 de octubre de 1966, la Asamblea General de las Naciones Unidas, en la Resolución 2.142, proclamó el 21 de marzo como Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial en recuerdo de la Matanza de Sharpeville, ocurrida en 1960 en Sudáfrica contra manifestantes que protestaban por la aplicación del Apartheid a manos de la policía.
“Todos tenemos los mismos derechos humanos, sin discriminación alguna. Los derechos a la igualdad y a la no discriminación son piedras angulares de los derechos humanos. Sin embargo, en muchas partes del mundo, la incitación al odio y las prácticas discriminatorias por razones de raza, étnica, religión, nacionalidad, entre otras, están muy extendidas“, advierten cada año desde la ONU.
Se entiende por utilización de perfiles raciales y étnicos “el recurso de los agentes de las fuerzas del orden, de seguridad y de control fronterizo a criterios basados en la raza, el color de la piel, la ascendencia o el origen nacional o étnico como motivo para someter a personas a registros detallados, controles de identidad e investigaciones, o para determinar si realizan actividades delictivas”, de acuerdo con el Consejo de Derechos Humanos del organismo internacional.