Por Jorge Balanda
Periodista y Presidente delegación
Misiones Representación Central
de los Ucranios en la Argentina
Desde hace más de 20 días, miles de argentinos casi no podemos cerrar los ojos, la guerra nos paraliza, nos enfrenta a una tragedia que jamás imaginamos.
Las noches, son más largas, la diferencia horaria nos hace esperar las “malas nuevas” de los bombardeos y el saldo final de cada día.
En lo personal, como a tantos en la comunidad descendientes de ucranianos en la Argentina, me ha tocado enfrentar a los medios para trata de explicar esta tragedia, tragedia que nos duele, como debe doler a cualquier ciudadano del mundo cuando se trata de la VIDA de un ser humano y aquí hablamos de miles.
Claro está, se trata de la tierra de nuestros antepasados, en el caso de Misiones, de hace al menos dos o tres generaciones y con escaso contacto, habida cuenta la situación de Ucrania en tiempos de la Unión Soviética.
Y en nuestra provincia somos un número importante los que tenemos ascendencia ucraniana y la solidaridad y los deseos de paz se repiten y replican, en la mayoría de los casos con el argumento de la tierra de los abuelos.
Es cierto, se trata de la tierra que vio nacer a nuestros abuelos, pero es importante recordar que no es solamente eso, sino se trata también que los que sufren la guerra en Ucrania son FAMILIA, de nuestros abuelos y NUESTRA FAMILIA.
En tantos relatos de boca de los inmigrantes, escuchamos “salimos de la aldea sin mirar atrás, porque allí quedaban, papá, mamá, hermanos, primos, tíos, quedaba FAMILIA.
Y esa familia está allá, sufriendo los horrores de la guerra, les aseguro que los Powch siguen viviendo en Antonivka, en Bortnyky: los Boychuk, Brodaquevych, Glinka, Holovachuk, Zubreski, Kozhushney, Klekailo, Myquetiuk, Oleksen, Slobodian, Spasiuk, Stasiuk, Tkachuk, Shkrabiuk, Shkromeda; en la aldea de Hostiv: los Jaciuk, Vdoviak, Ostrezhniuk, Stelmaschuk, Volosheniuk, Andreychuk, Melnechuk, Huk y Fediuk.
En Hrushke están los Tsurkan, los Poterala, Kozak, Moroz, Skromeda, Kaleniuk, Neschuk, Barchuk, Nayda, Oliynek, Dudech, Poshed, Spasiuk, Rybak,Matijak, Andrushquevech, Drendak, Korol, Pauluk, Fedorischak.
En Pshenychnyky, pequeño poblado cercano a Ivano Franquivsk, los Semianchuk, Feshtey, Buzhminsky, Volosianchuk, Tymchuk, Semaniuk, Balanda, Stefaniuk, Rogosh
Y allí muy cerca en Palahychi: los Azarkevych, Vovchuk, Hardaman, Drendak, Zagurak, Koropetskei, Ostrovskei, Prystaiko, Prokopiv, Salyha, Shkvarok, Groj (Horoj), Bezus, Holovatei, son solamente un puñado de ejemplos de la FAMILIA que quedó allá.
La que eligió quedarse o bien no pudo venir a América. Por estos días, estas ciudades, pueblos y aldeas viven atemorizados, toque de queda, sirenas y bombas son el escenario diario. Ellos sufren la guerra, sus hijos, muchos de ellos, combaten al invasor.
La adhesión a la Paz en Ucrania para sus descendientes en Misiones en particular no es solamente una cuestión humanitaria y en memoria de los abuelos que llegaron a estas tierras, se trata también de estar al lado de la FAMILIA, aunque nunca la conocimos, portadores del mismo ADN y el mismo apellido y definitivamente ES NUESTRA FAMILIA.
Por último, LA FAMILIA y Ucrania necesitan de la ayuda de todos, los que quieran y puedan hacerlo, comuníquense con las entidades de la comunidad en Misiones que le indicarán como hacerlo.
Ucrania y los ucranianos luchan por su tierra, NO DEJEMOS SOLAS A NUESTRAS FAMILIAS.