Las tropas rusas invadieron Ucrania el 24 de febrero, incluida la capital de Kiev, y el conflicto bélico todavía es de final incierto. El presidente de Rusia, Vladimir Putin, exige el reconocimiento de Crimea como una de las condiciones para terminar con la guerra y sellar la paz.
La península está situada al sureste de Ucrania y la ciudad más importante es Sebastopol.
Romanos, godos, hunos, alanos y genoveses se fueron turnando en el control de la pequeña península de 26.000 km² de superficie, similar a la de Haití, hasta que, en 1475, la península fue invadida por los turcos.
Estos, ayudados por príncipes tártaros, mantuvieron su control hasta 1783, año en el que el Imperio Ruso se anexionó la península.
Luego, en 1850, Crimea fue centro de una guerra entre franceses, británicos y otomanos.
En el siglo pasado, en plena Segunda Guerra Mundial, las tropas de Hitler invadieron la península y, tras el famoso cerco y caída de la ciudad de Sebastopol, en julio de 1942, se hicieron con su control hasta la primavera de 1944, año en el que las tropas nazis fueron derrotadas y Crimea volvió a dominio soviético.
En 1954, fue cedida por el dirigente de la Unión Soviética Nikita Kruschev a Ucrania como un gesto diplomático entre 2 zonas que constituían la URSS. En ese territorio que se cedió a Ucrania vive una mayoría étnica rusa. Hoy es la zona que muchos ucranianos utilizan para veranear.
Geopolítica
La península, las reservas de gas, la salida al mar, la frontera con Occidente, es un punto más que estratégico para Moscú, y no lo quiere perder.
Por ese motivo, el 1 de febrero, Putin acusó a Occidente de ignorar las preocupaciones sobre la seguridad de Rusia, luego de que Estados Unidos se negara a garantizar que Ucrania no se uniría a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Putin pidió “el reconocimiento” de la soberanía rusa de Crimea. El líder ruso alegó que una posible adhesión de Ucrania a la alianza militar “socavaría la seguridad de Rusia” y que Estados Unidos estaba utilizando a Ucrania para “contener a Rusia”.
“Imaginemos que Ucrania es miembro de la OTAN, está completamente equipada con armas, obtiene medios de ataque avanzados como los de Polonia y Rumania y comienza una operación en Crimea”, agregó Putin.
“Nuestro país ha recuperado su unidad histórica. Este vínculo vivo e inquebrantable se puede sentir con especial intensidad en Crimea”, llegó a decir Putin. Y agregó: “Ahora están con Rusia para siempre, ya que esa es la voluntad soberana, libre e inquebrantable del pueblo, de todo nuestro pueblo”.
Putin se refería al 18 de marzo de 2014 cuando en Moscú convalidó el Referéndum de Crimea, por el cual la península de Crimea, que por entonces pertenecía a Ucrania, pasaba a ser de Rusia.
Dos días antes, el 16 de marzo, se había consultado a los crimeos si la tan disputada península del este europeo debía incorporarse al territorio de la Federación de Rusia o volver las cosas al punto en que estaban cuando se firmó la Constitución de Crimea de 1992.
Desde entonces, y pese a los tratados firmados, Ucrania y Rusia siguen disputándose la posesión de esa riquísima porción de la costa norte del mar Negro.
Siglos de discordia
En 1853, y durante tres años, la Guerra de Crimea enfrentó al Imperio Ruso, aliado con el Reino de Grecia, contra una alianza integrada por el debilitado Imperio Otomano, Francia, el Reino Unido y el Reino de Cerdeña.
En esa guerra peleó el mismísimo escritor ruso León Tolstói, considerado uno de los escritores más importantes de la literatura mundial y autor de las famosas novelas Guerra y paz y Ana Karénina.
La guerra de Crimea no cambió mucho el tablero geopolítico, pero impidió que Rusia avanzara sobre Europa, potenció a Francia, despertó en Rusia el recelo contra Europa -que había apoyado a los otomanos-, logró el fin de la esclavitud del campesinado ruso en 1861, gracias entre otras cosas, a los Relatos de Sebastopol de Tolstói.
En 1922, cuando nació la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), Crimea estaba en la República Socialista Soviética de Ucrania; es decir, era parte de una de las quince repúblicas que formaban la Unión Soviética.
Cuando Mijaíl Gorbachov empezó a hablar en 1985 de perestroika, aquella “reforma política y económica destinada a desarrollar una nueva estructura interna de la Unión Soviética”, y abogó por la libre determinación de los países que habían pertenecido a la URSS, Rusia y Ucrania comenzaron a disputarse la posesión de Crimea.
Tras un referéndum llevado a cabo el 20 de enero de 1991, Crimea ganó cierta autonomía -era la República de Crimea- aunque seguía perteneciendo a la República Socialista de Ucrania. Sin embargo, en agosto del mismo año, Crimea declaró su independencia.
Crimea, entre Rusia y Ucrania
En 1992 Rusia dio una voltereta jurídica y declaró nula la transferencia de Crimea a Ucrania, algo que había ocurrido cuarenta años antes.
En enero de 1994, Crimea tuvo las primeras elecciones de su historia para elegir presidente: cinco de sus seis candidatos eran “pro rusos”, abogaban para que el país regresara con Rusia. El ganador fue Yuri Meshkov quien eligió a un ruso como primer ministro. Una de sus primeras medidas prosoviéticas fue decretar que los relojes de los ucranianos se adelantaran dos horas para que el uso ucraniano fuera idéntico al de Moscú.
En marzo de 1994 se convocó un referéndum para definir la situación jurídico-política de Crimea: ¿era independiente, rusa o ucraniana?
El referéndum no se hizo y se reemplazó por una encuesta. El 70% de los encuestados pedía una mayor independencia de Ucrania y el derecho a solicitar la doble nacionalidad ruso-ucraniana.
A un paso de la Unión Europea
En los años siguientes, la tensión continuó, con marchas y contramarchas. En 2013, Viktor Yanukóvich era el presidente de Ucrania y acordó una asociación entre su país y la Unión Europea. Cuando finalmente, ese pacto debía concretarse, el presidente se negó porque, según dijo, “no traería beneficios adicionales a la economía ucraniana”.
La UE protestó, mientras los opositores al presidente, y la extrema derecha local, se movilizaban masivamente en la Plaza Maidan de Kiev, la capital, en un episodio que se recordaría como la “Euromaidán”.
Mientras el Gobierno de Ucrania reprimía la protesta, la UE presionaba a Yanukóvich para convocar a elecciones presidenciales, propiciar una reforma constitucional en Ucrania y acelerar una solución al tema de Crimea. Sin embargo, Yanukóvich huyó a Rusia.
Referéndum y autonomía
A principios de marzo de 2014, la rica ciudad de Sebastopol, que siempre tuvo un status diferente, más autónomo que el resto de la Península, declaró unilateralmente que pertenecía a Rusia y, cinco días más tarde le siguió el resto de Crimea, una decisión que puso en vilo a la OTAN.
El 15 de marzo, 135 observadores internacionales de 23 países viajaron a diversas ciudades de Crimea para fiscalizar el referéndum.
Al día siguiente, 1.550.000 votantes eligieron y el 96,77% del electorado dijo que quería ser parte de Rusia. Varios países del mundo desconocieron los resultados, aun siendo veedores.
En 2014, perder Crimea equivalía para Ucrania perder 165.300 millones de metros cúbicos de gas y 44 millones de toneladas de petróleo, según datos en su momento publicados por Reuters. Representaban: entre u$s800 millones y u$s1.200 millones respectivamente.
Para el Kremlin, Crimea había manifestado en las urnas su deseo de adherirse a Rusia; para los Estados Unidos, la UE y la OTAN, era una “anexión”.
En 2010, el Gobierno ruso llegó a un acuerdo con Ucrania respecto al gas natural a cambio de que el Gobierno ucraniano prolongara el arrendamiento de la base de la Armada rusa en Ucrania.
La “doble moral” de Occidente
Entonces presidenta, Cristina Fernández de Kirchner criticó la “doble moral” de los países occidentales para quienes “un referéndum realizado por Crimea es malo, pero uno hecho por los kelpers es bueno”.
Para los analistas políticos, el affaire de Rusia con Crimea no terminó con el referéndum de 2014 y es uno de los motivos por los que invadió Ucrania hace tres semanas.
Tanto Ucrania, como Bielorrusia y Georgia son territorios fronterizos que Rusia quisiera recuperar, para evitar que la OTAN y la Unión Europea hagan alianzas político-militares- económicas con los países que alguna vez fueron parte de la inmensa URSS.
Pese a las protestas mundiales, Crimea pertenece ahora -o por ahora- a Rusia. Y allí había planeado invertir u$s4.868.426.000 en agroindustria, turismo vip, gastronomía y enología, cuatro puntos fuertes de la Península de Crimea.
7 datos de crimea
1. Durante la Guerra de Crimea de la década de 1850 Florence Nightingale, la precursora de la enfermería moderna, fue conocida como la “Dama de la lámpara” porque cuidaba de los soldados heridos en la guerra que libraban Gran Bretaña, Francia y la Turquía otomana contra Rusia.
2. Cuando la Segunda Guerra Mundial llegaba a su fin, en 1945, los líderes aliados -Franklin D. Roosevelt, presidente de Estados Unidos; Winston Churchill, primer ministro de Gran Bretaña, y José Stalin, líder soviético- se reunieron para dividir Europa. Esa reunión fue el antecedente de la Guerra Fría y se celebró en la ciudad turística de Yalta, Crimea.
3. El Gobierno ruso ha estado interesado en Crimea desde hace cientos de años gracias a sus ricas tierras agrícolas y su acceso al mar Negro. Rusia cedió Crimea a Ucrania en 1954, cuando ambos países pertenecían a la Unión Soviética.
4. Luego del colapso de la Unión Soviética en 1991, algunas personas de la región deseaban que Crimea se separara de Ucrania y volviera a formar parte de Rusia, pero los legisladores de Ucrania y Crimea decidieron en una votación que seguiría siendo parte de Ucrania.
5. La importancia que Crimea tiene para Rusia refleja su Flota del mar Negro. La Armada rusa tiene una base naval en la ciudad de Sebastopol desde hace 230 años. Los barcos y submarinos que están en esa base militar, al norte de Turquía, pueden llegar al Medio Oriente y a los Balcanes.
6. La riqueza vitivinícola de Crimea se concentra en Yalta y Massandra y se remonta al siglo I a. C, cuando los romanos se lanzaron a la conquista del Mar Negro y llegaron a la Península Táurica (Crimea), en donde permanecieron durante 5 siglos. El clima mediterráneo y la posición estratégica entre Oriente y Occidente la convirtieron en una perla muy codiciada.
7. Hace 21 años, una botella del vino Massandra Sherry, producido en Crimea en 1775, fue subastado en la famosa casa de subastas Sotheby’s de Londres por u$s43.500. Era el vino que degustaba el zar de Rusia Nicolás I, cuando visitaba su solar veraniego en la ciudad de Sympheropol, en Crimea. Actualmente es uno del top ten mundial de vinos.
Claves
El PIB regional en 2019 era de 55% en la República federal de Crimea y 66% en la ciudad federal de Sebastopol, donde la Armada rusa tiene su mayor base naval, según la consultora Zhanna Dutzeva.
Vivir como rusos
El 58% de la población de Crimea actualmente está compuesta por habitantes de nacionalidad rusa.
La península de Crimea se escindió de Ucrania y se incorporó a Rusia tras celebrar en marzo de 2014 un referéndum en el que la mayoría aplastante de los votantes -más del 96%- avaló esa opción.
El clima, ostras, queso, combinados con una cultura vinícola que tiene raíces en la dominación romana de la península entre el siglo I antes de Cristo y el IV de nuestra era, son las riquezas de Crimea.
El desempleo bajó entre 2015 y 2019 del 6,7% al 5.9% en Crimea y del 4,7% al 3,8% en Sebastopol, según datos oficiales.
Inversiones
En 2018, con una población total de 2.355.000, el volumen de inversiones per cápita superó en un 29% la media de toda la Federación Rusa, con una inversión global de unos u$s4.650 millones.