El Día Meteorológico Mundial tiene como objetivo crear conciencia de la importancia que tienen la meteorología y la hidrología para el equilibrio ambiental y todas las actividades que realiza el hombre en el planeta, así como para la continuidad de la vida tal y como se conoce hasta ahora.
Se conmemora cada 23 de marzo desde 1997 y cada año, los más de 180 estados miembros que integran la Organización Meteorológica Mundial (OMM) se centran en un tema de interés para la humanidad. El lema elegido en este 2022 es “Alerta temprana y acción temprana”, destacando la importancia fundamental de la información hidrometeorológica y climática para reducir el riesgo de desastres.
De acuerdo a la OMM, los fenómenos extremos relacionados con el tiempo, el clima y el agua son cada vez más frecuentes e intensos en muchas partes del mundo como consecuencia del cambio climático. Además, hay más exposición que nunca a múltiples peligros conexos, que a su vez evolucionan como consecuencia del crecimiento demográfico, la urbanización y la degradación del medio ambiente.
Las predicciones sobre cómo estará el tiempo ya no bastan: las predicciones basadas en los impactos que informan al público de lo que el tiempo hará son fundamentales para salvar vidas y medios de subsistencia.
Sin embargo, los datos recopilados en 2020 en un informe sobre el estado de los servicios climáticos indican que solo el 40% de 138 países miembros de la OMM cuentan con sistemas de alerta temprana multirriesgos. Esto significa que, en promedio, una de cada tres personas en todo el mundo todavía no está cubierta por sistemas de alerta temprana.
En dicho informe, se dimensionó con números concretos lo sucedido en los últimos 50 años en el planeta, en donde han acontecido 11 mil desastres causados por peligros relacionados con el tiempo, el clima, y el agua, provocando la muerte de 2 millones de personas y generando pérdidas económicas valuadas en 3,6 billones de dólares.
Si bien el promedio de muertes notificadas a raíz de cada desastre se ha reducido en un tercio durante este período, la cantidad de desastres registrados se ha quintuplicado y las pérdidas económicas se han multiplicado por siete.
Es por ello que es fundamental una mayor coordinación entre los servicios meteorológicos e hidrológicos nacionales, las autoridades de gestión de desastres y los organismos de desarrollo para mejorar la prevención, la preparación y la respuesta.
Fuente: Meteored