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El regreso a la presencialidad plena en las facultades de la UNaM muestra ser un poco más complicado de lo esperado. En la primera semana, en la Facultad de Ciencias Exactas hubo quejas por aulas repletas. La Facultad de Humanidades, inicia hoy las clases presenciales y las expectativas son muchas.
Desde el Centro de Estudiantes Facultad de Ciencias Exactas, Rodrigo Cantero contó a PRIMERA EDICIÓN que durante esta primera semana “cerramos una primera experiencia un tanto caótica. En muchas materias, hubo un exceso de gente en las aulas y algunos estudiantes se quedaron afuera”.
Con el pasar de los días “esto se fue acomodando y hubo materias que debieron volver a la virtualidad, en su parte teórica, en aquellos casos con más de 40 alumnos en cursado. En otras, se dividieron en comisiones, en grupos, con menos carga horaria”, agregó.
Para el regreso a las clases presenciales, señaló que “no tendría que ser una sorpresa la cantidad de estudiantes, porque tienen un registro”. En el caso de los ingresantes, “para las últimas semanas se estima cuántos van a estar en primer año”. En esta primera semana “el error estuvo en mantener en distanciamiento, lo cual mantuvo un aforo en las aulas y se dificultó el acceso”, añadió.
De ahora en más, para lo que resta del cuatrimestre, “sólo falta reorganizar las aulas”, analizó Cantero. En Exactas, indicó que “el primer año siempre es el más numeroso, pero en los años siguientes, desafortunadamente, la matrícula disminuye mucho”.
Entre las inquietudes, compartió que, en los estudiantes del ciclo superior, “algunos ya trabajan y se complica un poco el regreso a la presencialidad, porque hay que cumplir con los horarios y trasladarse”.
Para los ingresantes, “el inconveniente fue que no se les informó cómo serían las clases y la Facultad tampoco aclaraba si estarían en la sede centro o Campus, para buscar un alquiler cercano”, detalló Rodrigo Cantero. Lamentó que “se definió recién esta semana que dos materias se cursarán en el Campus y una en el centro”.
El presidente del Centro de Estudiantes indicó sobre las condiciones edilicias en la Facultad de Ciencias Exactas que “están iguales a los años anteriores, no hubo mejoras y los baños están un poco más deteriorados”.
Volver a encontrarse
Desde el Centro de Estudiantes de la Facultad de Humanidades de la UNaM, Luciano Neris indicó a PRIMERA EDICIÓN que durante el cursillo “se vivieron ánimos esperanzadores de presencialidad, porque empezamos a ocupar las aulas, conocer a los profesores y vernos cara a cara, cosa que en estos dos años no pudimos hacer”.
Para este ciclo lectivo “desde el 2020, 2021 y ahora 2022, tenemos tres generaciones de ingresantes que recién van a conocer la facultad, los profesores cara a cara y al resto de los estudiantes”, agregó.
A nivel infraestructura, señaló que “no hubo un reacondicionamiento de las aulas, sigue todo como estuvo en el 2019”. Entre las dificultades, remarcó que “en otras facultades, desde el año pasado ya saben qué modalidad de cursado iban a tener, pero nosotros, hasta hace un mes, sólo sabíamos que cada profesor elegía la forma de cursado”.
Entre las cátedras “algunas tienen prácticas de manera presencial, deben subir trabajos en las aulas e integran algo de virtualidad”.
Luego de que cada docente seleccionó la modalidad, “nos enteramos los horarios de cursado y la forma una semana antes de que empiecen las clases”. Lamentó que “hay muchos estudiantes buscando dónde alquilar, porque tampoco hay tantos, además deberán organizarse ya que en algunos casos tienen clases presenciales y seguida una cátedra virtual. Entonces, tienen que apresurarse para volver a sus casas para conectarse”.
Con el inicio de la pandemia de coronavirus y su incidencia en la economía, “muchos de los jóvenes debieron conseguir trabajo y la mayor parte de las consultas son acerca de qué hacer ahora con los horarios presenciales, porque deben cumplir con las asistencias”.
Entre las soluciones, “en los casos que se pueda, deben hablar con los profesores y consultar sobre la modalidad de cursado de alumno trabajador. Eso permite que puedan trabajar y ser evaluados de otra manera”. Aclaró que “no pueden promocionar, pero pueden hacer otro tipo de trabajos”.
Pidieron utilizar el comedor de la UNaM para el servicio de almuerzo
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Estudiantes de la UNaM esperan novedades sobre el comedor universitario, que mantiene el servicio de viandas. Presentaron un pedido para que el comedor Néstor Kirchner, del barrio El Palomar de Posadas, pueda utilizarse al menos para el almuerzo.
Fabiana Birck, de la agrupación Carlos Tereszecuk, contó a este Diario que el pedido se hizo “en base a la necesidad de volver a utilizar los espacios físicos del comedor, como mesas, sillas, los baños, canillas para higienizarse”. Lo que sucedió fue que “durante las mesas de febrero y marzo, los estudiantes que vinieron a los llamados presenciales, porque aún no residían en Posadas, necesitaban de un espacio para poder comer”.
Durante los primeros meses, indicó que tuvieron que usar “los pasillos de la facultad o en los bancos de las plazas”. Remarcó que “es algo incómodo, antihigiénico y así se formó este pedido”.
A esto se suma “la demanda de los estudiantes que vinieron para el cursillo, cuando aún no tenían departamentos en Posadas. Por ende, venían para fechas específicas, se quedaban a comer y regresaban”.
Se pidió que sea en horario de almuerzo “porque aún es horario de cursada y es una forma de probar, ir viendo cómo se funciona y con el tiempo contemplar la posibilidad de la cena”. De ahora en más, “depende de la buena voluntad de los decanos de las sedes en Posadas, Humanidades, Exactas y enfermería”, agregó.