La yerba mate es una de las producciones protagonistas del crecimiento de los últimos años en nuestro país. Su consumo puede estar destinado a la preparación tradicional, infusiones o cualquier opción gourmet. De hecho, según los datos que reportó el INYM (Instituto Nacional de la Yerba mate) en el 2021 se alcanzó un récord histórico de producción y consumo en Argentina: “ingresaron a secaderos 882,09 millones de kilos de hoja verde, mientras que el consumo interno totalizó 282,85 millones de kilos”.
Pero, ¿qué hay detrás de la cosecha de la yerba mate? ¿Quiénes la producen y cómo lo hacen? ¿Qué aporta cada eslabón de la cadena productiva?
Las pésimas condiciones laborales en las que trabajan algunos tareferos en la provincia no son noticia nueva. Desde del traslado hasta las plantaciones como el sacrificio que implica para el trabajador y su familia que no son siquiera compensados con una paga decente.
El trabajador del yerbal cobra por kilo de hoja verde recolectada y el pago por este ronda poco más de cuatro pesos. Frente a esta realidad, muchas veces salen a tarefear los padres sin tener dónde dejar a sus hijos. Entonces, son llevados a cosechar desde muy temprana edad, con el objetivo de recaudar más dinero que les permita subsistir.
De la misma manera, el trabajo infantil se replica en distintas producciones del campo argentino. Esta problemática de larga data es tenida en cuenta por diversas entidades y ONG dedicadas a contribuir su “grano de arena”.
Una de ellas es la organización no gubernamental “Sueño para Misiones”. La misma trabaja en pos de la erradicación del trabajo infantil y la explotación desde 2017, aunque el grupo surgió con otros fines colaborativos en 2010.
Tras varios años de trabajo, la organización tomó fuerza y en la actualidad sus miembros están impulsando nuevas campañas, además que propusieron un proyecto de ley que busca poner fin a la explotación infantil. PRIMERA EDICIÓN dialogó con Patricia Ocampo, presidente de “Sueño para Misiones”, quién describió las tareas llevadas adelante y anticipó los objetivos por cumplir.
“Es importante más que nada hacer visible esta problemática que nos ocupa y preocupa hace tantos años”, sostuvo Patricia que es oriunda de Oberá. Contó que conoce de cerca la problemática de los tareferos porque -desde pequeña- veía que sus vecinos con los niños pasaban el día entero en los yerbales. Sin embargo, reconoció que “al recorrer la provincia te encontrás con personas que desconocen esta realidad”, y es por eso que resulta necesario “darle visibilidad” porque los cambios se lograrán “con la sociedad en su conjunto”.
Desde la ONG comenzaron con la fundación de bibliotecas populares en zonas precarizadas: “en esos lugares de mucha pobreza siempre nos encontrábamos con un denominador común, y es que estaban ligados a tareferos”, recordó.
Pero las acciones relacionadas a la erradicación del trabajo infantil se iniciaron años después, a raíz de un accidente ocurrido en Aristóbulo del Valle donde varios tareferos y niños murieron mientras eran trasladados en un camión, sin las debidas medidas de seguridad.
“Eso hizo un ‘clic’ en nuestra organización. Porque se trató de algo que estaba tan naturalizado en nuestra provincia, la forma en que se traslada al trabajador de la cosecha de la yerba mate. Cómo viven dentro de la cosecha y fuera de ella, en los barrios, donde muchas veces no acceden al agua potable o condiciones de vivienda digna”.
Fue entonces cuando la organización lanzó la campaña “Me gusta el mate sin trabajo Infantil”. Patricia manifestó que “entendieron que había que generar conciencia, sensibilizar a los consumidores y contar la historia de algo tan nuestro”.
En este sentido, reflexionó sobre “la romantización” que existe alrededor del mate, en cuanto a los beneficios que tiene para la salud, como elemento de socialización y otros hábitos. “Sin embargo el consumidor desconoce la realidad que hay detrás, y nuestro fin es visibilizarla”, dijo.
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Plan de acción y pasos a seguir
Ocampo relató que además de las campañas de sensibilización, también los voluntarios colaboran en situaciones de vulnerabilidad de las familias tareferas. “A corto plazo hacemos ayudas concretas, a veces se desconoce porque no las contamos. Cuando existen situaciones concretas acompañamos, por ejemplo, cuando comienzan las clases, en merenderos y otras propuestas”.
Insistió en que su enfoque es abordar las políticas públicas porque, a partir de ellas, “se generan los cambios concretos”. Por este motivo tratan de “trabajar con funcionarios que toman decisiones”.
“Hemos trabajado con el Gobierno de la provincia en capacitaciones a funcionarios municipales. Impulsamos y acompañamos las mesas que se arman en los municipios porque están muy cercanos a esa realidad y conocen a su comunidad”.
El proyecto de ley
La propuesta que presentaron desde la ONG “Sueño para Misiones”, a nivel nacional en 2015, plantea la certificación de productos libre de trabajo infantil.
La referente contó que en principio el proyecto “perdió estado parlamentario”. Pero actualmente “lo volvió a presentar el diputado Carlos Selva”, con quien están trabajando algunas cuestiones técnicas.
La norma impulsa la oferta de productos en las góndolas libre de trabajo infantil y trabajo forzoso. “No sólo de la yerba mate, sino de todas las producciones que salen del campo argentino”, resaltó Ocampo.
“De esta forma nos empoderamos nosotros los consumidores que hoy no lo estamos pudiendo hacer. Este proyecto plantea que el consumidor pueda elegir después en góndola y ver qué empresa está cumpliendo o cuidando en su eslabón al trabajador y a su familia. La idea es ponerle un sello social”.
Siguiendo con las políticas públicas, contó que en 2021 presentaron un proyecto de ley a nivel provincial con el diputado y exgobernador Hugo Passalacqua y esperan que se trate este año.
También reconoció que las acciones fueron tomando impulso cuando las entidades políticas comenzaron a vincularse. Dijo Ocampo que es positivo que el actual Gobernador ponga el tema sobre la mesa y, en su momento, “él dijo que será una de sus principales políticas el tema de la erradicación del trabajo infantil”. También “desde el Ministerio de Trabajo hicieron sus aportes”, y estos son avances que se lograron los últimos tiempos según la titular de “Sueño para Misiones”.
El plan de acción toma riendas internacionales, ya que Ocampo mencionó que están actuando en conjunto con la diputada Mónica González en España. “Porque la Unión Europea también está reforzando esto de que, los productos que ingresen allí, no tengan trabajo infantil ni esclavo. Entonces trabajamos a la par con nuestro proyecto de ley para que coincidan las normativas”.
En general “tenemos buenas expectativas, y esto es un desafío”. Reflexionó además que “los cambios culturales no se producen de un día para el otro” y que, si bien parte de la responsabilidad corresponde a la cadena productiva, “invitamos a que todos sean parte de la transformación”. Es también un llamado a los consumidores para que, de alguna manera, puedan aportar a la causa desde su posición.