El 11 de abril del año pasado, el periodista Mauro Viale fallecía a los 73 años tras sufrir un paro cardíaco en el Sanatorio de Los Arcos, donde se encontraba internado desde el día anterior por un cuadro severo de coronavirus.
El conductor de A24 y América había recibido la primera dosis de la vacuna contra el COVID-19 pocos días antes de que experimentara los síntomas del virus y posteriormente fuera internado en terapia intensiva por un cuadro de neumonía bilateral.
Viale se había mostrado feliz de haber sido inoculado contra el COVID-19 y lo había hecho saber en América, el canal de noticias que lo tenía contratado como una de sus principales figuras.
Nacido en Buenos Aires el 28 de agosto de 1947 con el verdadero nombre de Mauricio Goldfarb, siempre mantuvo como periodista un estilo llano y frontal, que llamaba a las cosas por su nombre, lo que le valió amigos y enemigos, admiradores y detractores. A él jamás le importaron las críticas. Su eslogan era “Digan de mí lo que quieran y yo le digo a cualquiera lo que se me canta”.
Pero mucho antes de meterse en el periodismo de actualidad, Viale fue uno de los mejores relatores de fútbol del país. Debutó en el periodismo deportivo en el año 1967, por Rivadavia. Con amplia cultura, no se limitaba al relato del partido.