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Tras la declaración de la pareja de Bruno Mendes (25), una joven de 18 años a quien habrían abusado sexualmente después de que su novio fuera asesinado el lunes 4 de abril en Puerto Iguazú, otros testimonios complicaron aún más la situación del único imputado que tiene la causa, un hombre conocido como “Polaquito” (33).
El sospechoso fue imputado por “homicidio simple criminis causa” y “abuso sexual agravado por el uso de arma blanca y privación ilegítima de la libertad”.
Un vecino del barrio Villa Alta en donde ocurrió el homicidio, declaró que escuchó cuando el acusado le “decía a su padre que mató a Bruno y que tenía todo listo para enterrar el cadáver”.
Éste y otros testimonios que se presentaron ante el juez de Instrucción 3, Martín Brites, complicaron al imputado ya que varios coincidieron en que la mujer “pedía ayuda desesperada” luego de que asesinaran al joven de 25 años.
Otro de los testigos indicó que el acusado dijo que “iba a quemar la ropa de la víctima y que tenía complicidad con la joven, pero ella se arrepintió a último momento”.
Esta versión fue negada por la muchacha quien aseguró que en todo momento estuvo “amenazada de muerte con cuchillo” por parte del sospechoso para que tuviera relaciones con él. Incluso, tal cual publicó este Diario, en un momento le dijo que “si no le hacía sentir placer, iba a matar a su bebé”.
Los testigos además ratificaron que oyeron los gritos de la mujer quien estaba cautiva y que habría sido víctima de reiteradas violaciones tras la muerte de Mendes a puñaladas. El sospechoso también fue apuntado una vez más como una persona “violenta”.