
Desde el lunes 11 de abril el paradero de Maximiliano Pimentel (21) es un misterio que condujo a la muerte de su primo Diego Rafael Pimentel (30) acribillado a balazos por un comerciante brasileño frente a una vivienda del barrio Obrero de Bernardo de Irigoyen cuando discutía y le reclamaba por su primo.
Los últimos registros de Maxi Pimentel quedaron marcados por mensajes y rebotes de antenas de celular en territorio brasileño y por imágenes de cámaras de seguridad del automóvil que se presume conducía para el transporte de mercaderías de alto valor entre Irigoyen y localidades como Dionisio Cerqueira y Barracao.
Este vehículo se lo habría dado su presunto jefe o patrón para el contrabando de vinos de alta gama de elaboración argentina. Es el mismo brasileño (33) que fue detenido el Viernes Santo (15 de abril) por la noche tras matar a tiros de pistola nueve milímetros a Diego Pimentel en un supuesto cruce de amenazas y golpes por la ausencia del joven.
Los investigadores de la Unidad Regional XII aguardan informes o avances de sus pares de la Policía Nacional brasileña, porque no se descartó aún si el celular de Maxi Pimentel fue activado con el chip que poseía de una empresa de comunicación de ese país.
Sin ningún dato al respecto desde el jueves 14 de abril, cuando los padres del joven denunciaron su sospechosa ausencia, se presume que continúa por la zona, escondido por su voluntad o en otra circunstancia de mayor gravedad.

Diego Pimentel fue asesinado a tiros por un comerciante que lleva dos años de radicación legal en Bernardo de Irigoyen y a quien vinculan de manera directa al joven desaparecido con el contrabando.
El viernes 15 de abril a las 19.30, Pimentel se presentó en una camioneta frente a la vivienda del brasileño nacido en Barracao y comenzó a amenazarlo con un arma de fuego y a insultarlo por la desaparición de su primo. Según las imágenes que registró la cámara de seguridad de la vivienda del detenido, Pimentel primero lo apunta con una pistola en la cara al brasileño y este no se mueve y, mucho menos, abre la reja o portón de acceso.
La secuencia indica movimientos amenazantes de Pimentel y luego un golpe con el arma en la cabeza al dueño de casa, quien alcanza a esquivarlo y toma distancia de Pimentel.
Cuando la víctima retrocede y se da vuelta hacia la camioneta Toyota Hilux, el brasileño le dispara al menos en diez ocasiones, provocándole lesiones de bala calibre nueve milímetros determinantes en el abdomen, pecho y espalda.
El registro de video finaliza con Antonio Pimentel (46), tío de la víctima fatal y padre del joven desaparecido, escapando por la puerta de acompañante de la camioneta y desaparece de cuadro corriendo raudamente mientras el brasileño parece efectuar más disparos en esa dirección.
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Tras la detención del presunto homicida, efectivos de Policía Científica UR-XII informaron que dentro de la camioneta se encontró una pistola nueve milímetros (Bersa con cuatro proyectiles en el cargador) y ocho vainas servidas del mismo calibre alrededor del occiso en la calle.
Dentro de la vivienda del comerciante que disparó se secuestró una pistola similar a la de Pimentel pero de la marca Taurus, dos cargadores con 16 balas cada uno, 83 proyectiles también nueve milímetros y otros 50 pero de 38.
El sospechoso permanece detenido en la comisaría de Irigoyen a disposición del Juzgado de Instrucción e imputado provisoriamente por “homicidio simple”. Fue indagado el miércoles pasado por la jueza subrogante, Mariangel Koziarski (Civil, de Familia y Violencia Familiar de San Pedro).
Sostuvo que tras recibir el golpe en el rostro, que le lesionó la nariz, la víctima le dijo ‘te voy a quemar la casa con tu esposa e hija adentro’. Ante esa amenaza y cuando el ahora fallecido caminaba hacia la camioneta, desde adentro del vehículo el imputado habría dicho que escuchó que alguien gritó ‘matalo, matalo’, y repelió la agresión como acto defensivo. Aclaró que salió a hablar con Diego Pimentel, pero con un arma guardada entre sus ropas porque temía por su familia atemorizada en la vivienda.