Con el paso de la pandemia y el confinamiento, la sociedad tomó conciencia de la importancia de cuidar la salud mental; algo que se vio reflejado en un drástico aumento de personas que acuden al psicólogo. Sin embargo, acceder un turno muchas veces se torna complejo para la gente del interior de la provincia, ya que sólo el 35% de los profesionales ejerce fuera de Posadas, y la mayoría se concentra en las grandes urbes: Oberá, Iguazú y Eldorado. Así lo confirmó la presidenta del Colegio de Psicólogos de Misiones, Marcela Bareiro a PRIMERA EDICIÓN, quien sostuvo que la distribución provincial es “algo que sigue irregular”.
“En el interior, si bien está la complicación de que son comunidades pequeñas y todavía está el tabú de ir al psicólogo (que generalmente es un vecino), los profesionales están desbordados de trabajo”, afirmó la psicóloga.
Asimismo, como la mayoría de los que ejercen fuera de Posadas se concentran en los grandes centros de la provincia, las personas que pertenecen a pequeñas localidades se trasladan.
Respecto a eso, “entendemos que esta concentración en la capital se debe a que acá hay mucha más oferta laboral y no sólo en clínica, sino para trabajar en capacitaciones, docencia, empresas, etc.”, explicó Bareiro.
Esta gran demanda, por su parte, se debe a un fenómeno que se dio en la pandemia ya que el confinamiento “no fue la causa, pero aceleró la aparición de síntomas preexistentes vinculados a la depresión y la ansiedad. Algo que todavía se mantiene y todavía lo vemos”. Por otro lado, explicó que la división de género también es irregular ya que, de los 1.014 matriculados activos en Misiones, el 85% de las profesionales son mujeres y sólo el 15% son hombres.

Intrusismo profesional
Una de las cuestiones sobre la cual el colegio manifestó preocupación es lo que denominan intrusismo profesional, es decir, personas o disciplinas cumpliendo funciones que rozan las incumbencias de los psicólogos.
“Es algo bastante complejo que venimos trabajando. Cada vez hay más carreras o más bien cursos de formación, en los cuales se meten con nuestras incumbencias profesionales”, indicó en referencia a algunas disciplinas como el coaching ontológico, la biodecodificación, los psicólogos sociales y terapias alternativas que todavía no están categorizadas como disciplinas científicas.
Este tema ha llegado al Colegio en forma de denuncias (por parte de los colegiados) donde reclaman por casos particulares donde estos “profesionales” brindan terapias; y también cursos de formación.
“A pesar de que la persona elige, se trata de terapias que están en estudio todavía, el problema es cuando se tratan problemas inherentes a nuestro estudio, que es una licenciatura avalada por una universidad con cinco años de carrera, regulada por el Ministerio de Educación”, indicó.
Si bien “no negamos que hayan estudiado para desempeñarse, esas disciplinas no están reguladas por un colegio, tampoco está claro el límite de sus alcances”, afirmó.
En ese marco fue contundente y afirmó que “el problema está cuando abordan problemas psicopatológicos. Una cosa es la autoayuda y otra muy diferente es diagnóstico y tratamiento. Nosotros también tenemos limitaciones, como medicar”.
Para graficar esto, realizó la comparación de esas disciplinas con una carrera emergente: la de acompañante terapéutico, indicando que ese caso es diferente porque están en proceso de crear un colegio que regule sus prácticas, y porque en todos los casos, deben trabajar de forma interdisciplinaria con psicólogos, trabajadores sociales, médicos etc.
Obras sociales
Se sabe que muchos profesionales de salud están en crisis con las obras sociales por los pagos demorados y bajos, sin embargo, desde el colegio de psicólogos, afirmaron que continúan trabajando con normalidad.
“Si bien es un hecho que algunos profesionales prefieren trabajar de forma particular porque las obras sociales demoran un tiempo en el pago, los que más eligen trabajar con éstas son los profesionales que recién se inician, hasta que empiecen a hacerse conocidos”, explicó la licenciada.
“El problema es que, con la inflación, es difícil sostener los costos y la readecuación de los montos nunca alcanza a los valores éticos que planteamos”, afirmó.
Es por eso que, desde el colegio, comenzaron a pedir una readecuación semestral de honorarios; una medida que, si bien fue bien recibida por las obras sociales y las prepagas más grandes, no lo fue por aquellas que trabajan con un presupuesto menor.
No obstante, por el momento el Colegio tiene sólo una obra social suspendida: IOSFA, que cubre a trabajadores de las fuerzas armadas.