El Concejo Deliberante de Oberá decidió finalmente derogar la reforma al Código Fiscal que había sido sancionado en 2021, tras las quejas y movilizaciones en contra de la propuesta del todavía intendente (en uso de licencia) y diputado nacional Carlos Fernández.
La historia detrás de la ordenanza que ahora se dejó sin efecto, tiene un largo camino recorrido de increíbles acciones del Gobierno municipal de espaldas a los ciudadanos que pidieron ser parte de las discusiones.
Primero, por no abrir las reuniones al debate con los comerciantes y otros afectados por la reforma. Luego, por haberlos escuchado y decidido intempestivamente aprobarlo sin haber tenido en cuenta las voces de los vecinos.
Superado ese momento, ahora los ediles y el intendente interino, Pablo Hassan, parecen haber escuchado el reclamo. Y fueron por la marcha atrás al polémico proyecto.
Aun con estas desprolijidades que dejaron en evidencia las diferencias políticas entre la anterior gestión y la actual, se retoma la oportunidad de reabrir un canal de diálogo, de escucha, de debate en el deliberativo, donde nunca debieron dejar de dar participación activa a los ciudadanos.
Una actualización de las normas es siempre conveniente para beneficiar a los vecinos y no para castigarlos con medidas únicamente convenientes para las administraciones políticas.
Las últimas elecciones ya mostraron la opinión popular. Tal vez esa “voz de las urnas” haya llevado a Hassan a cambiar de postura, ya que votó la reforma como concejal y propició la derogación como jefe comunal interino.
A propósito de las instituciones obereñas, ya es hora deque el diputado Fernández renuncie definitivamente a la Intendencia municipal. Le daría mayor autonomía a su sucesor para profundizar su gestión. Y sería una muestra de entendimiento del error cometido en diciembre pasado.