La crisis económica no da tregua y no afecta únicamente a los trabajadores; sino también a los hogares convivenciales de niños y niñas que dependen de subsidios estatales (desfasados por la creciente inflación) para sobrevivir.
Este es el caso de los Hogares Padre Mugica (que alberga niños y adolescentes varones); y el San José Obrero (que alberga niñas y adolescentes), ambos dependientes de la fundación Tupá Renda; que, tras la inflación desmedida, las actualizaciones mensuales previstas por la ley de alquileres y los subsidios desactualizados que recibe del Estado; están por implementar una medida de última instancia: unir los dos hogares en uno a pesar de la falta de espacio.
Así lo confirmó a la FM 89.3 Santa María de las Misiones la directora de la Fundación Tupa Rendá, Eusebia “Neni” Valdez, quien además presentó una nota al Ministerio de Desarrollo Social que detalla en qué situación están trabajando y cuál es la ayuda que necesitan para seguir siendo refugio y vivienda de cinco niños y nueve niñas.
“La gota que rebalsó el vaso es que, con la nueva ley de alquileres, la casa de las niñas tuvo un reajuste anual que corresponde al 60%, con lo cual se nos iría de 55 mil a 84 mil pesos; y la casa de los varones vence el contrato y de 60 mil prácticamente se nos va a 100 mil pesos, así que no podemos renovar”, indicó Valdez.
Esta situación los llevó a tomar una medida drástica que, según la Directora, podrán sostener solamente hasta fin de año, ya que es ahí donde habrá un nuevo ajuste del alquiler que suponen superará los 100.000 pesos. Aparte, estar limitados en cuanto a espacio les impedirá admitir a nuevos ingresantes, salvo que alguno egrese y deje libre una vacante.
“No nos estamos entregando y bajando los brazos, lo que estamos haciendo es tratar de continuar con lo que tenemos”, afirmó.
Por otro lado, explicó que mediante los subsidios provinciales (que se cobran a año vencido sin actualización) y la ayuda de la municipalidad sólo llegan a solventar una parte de los gastos ya que no solamente se trata de alquiler sino de pagar a los ocho cuidadores, los servicios, la alimentación, el combustible, vestimenta.
Necesidades que, por el momento, alcanzan a cubrir gracias a las donaciones sociales a cargo de los voluntarios.
Respecto a eso, “es imposible hacer frente a todo, las ONG son las que ayudan a cumplir al estado su función, porque recordemos que todos los niños que tenemos son chicos que el Estado retira de sus familias hasta que se resuelve su situación”, señaló.
En esa misma línea ante la consulta, la directora de Tupá Rendá explicó que el tiempo que permanecen los niños y niñas dentro del hogar convivencial es muy variable, “tenemos chicos que estuvieron ocho años hasta que cumplieron la mayoría de edad y otros que se quedaron seis meses y el estado resolvió su situación”.
“Cada fin de mes estar con Jesus en la boca porque ni si quiera llegábamos a pagar los cuidadores teníamos que pedir prestado dinero para llegar”, indicó.
Una posible solución
Ante esta situación crítica, una de las posibles soluciones que plantea la fundación Tupa Rendá al Ministerio de Desarrollo Social Provincial es que el estado les ceda dos casas en predios contiguos, en un barrio como por ejemplo Itaembé Guazú que está en pleno desarrollo; y así poder compartir los espacios en común como el patio y el comedor, conservando el sector de niños y de niñas separado “en Itaembé Guazú hay escuelas, hospitales y todo lo que necesitamos, no vamos a gastar en combustible porque en el centro por ejemplo, nos cuesta movernos hasta los CAPS por un turno, se nos facilitaría muchísimo si tenemos todo cerca. Además tiene que ver con una cuestión de seguridad”, finalizó Valdez.