Desde el Paraje 11 Vueltas, en el municipio de Gobernador López, la productora Marisa Ferreira, junto a su esposo Juan Antonio, han alcanzado un lugar destacado con la producción de cebollita de verdeo.
No solamente conforman una de las primeras familias en apostar a ese cultivo, sino que gracias a él, perfecto para esta estación y para asociar a otras hortalizas de otoño e invierno, para preparar exquisitas salsas, sopas y rellenos son los productos más demandados en la feria de cercanía.
A partir de la crisis mundial por el COVID-19, que causó varias escaladas de conflicto en las cadenas alimentarias de todo el mundo, Marisa y Juan Antonio, con el apoyo técnico de Carla Trela, del Ministerio de Agricultura Familiar, se animaron a dar un giro en sus plantaciones anuales y comenzaron la siembra de almácigos más grandes de cebollita, cuyo éxito en superficie de siembra fue superlativo.
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“Yo vendía algo de lo que producía en los alrededores y cuando se abrió la feria comencé ahí. Por el COVID-19, que cerró todos los mercados, incorporé mil cebollitas a los Bolsones Hortícolas del Programa de Asistencia Solidaria (PAS) en el año 2020 y desde ahí no paré porque se convirtieron en un éxito”, comentó Marisa a Eco&Agro.
De acuerdo a su relato, “nunca me imaginé que por un capricho de (su esposo) Juan, hoy las cebollitas serían mi fuerte principal de venta, quiero seguir aumentando la producción y lograr cantidades para poder comercializar a otras zonas. Sólo por teléfono me piden casi todo lo que produzco”, expresó.
Actualmente, la familia cuenta con gran extensión de cebollitas y comercializa en la feria franca local, y la de Mojón Grande, también en los minimercados y verdulerías de la zona. Además, de las cebollitas, comercializan batata, mandioca, choclo, azúcar rubio, envasados y hortalizas de hojas.
“La cebollita es un producto muy deseado, trato de armar entre 100 y 200 manojos para la feria y se vende todo, me sacan de las manos”, aseguró Marisa con entusiasmo.
Hija de colonos, la mujer dedicó toda su vida a producir en la chacra y recién ahora está cosechando lo mejor que da la tierra: el sustento diario para su familia.
“Es un gran orgullo seguir los pasos de mis padres, quienes siempre trabajaron la tierra y ahora puedo hacer lo mismo con ellos con el valioso aporte de mi esposo y mi hijo. Sólo puedo hablar de satisfacciones”, finalizó.
Tecnología eficiente
Para llevar adelante este emprendimiento, Marisa y Juan cuentan con el apoyo del Ministerio de Agricultura Familiar, que, a través del Programa de Riego, incorporó tecnologías eficientes, buscando cuidar el recurso agua, incrementar la cantidad y calidad de producción por hectáreas y disminuir, en la medida de lo posible, la mano de obra utilizada para regar.
Marisa contó al respecto: “Con la seca que tuvimos no se perdió ninguna planta, tengo una vertiente que nunca se secó y con la ayuda del Ministerio de Agricultura Familiar, ahora tengo una bomba y sistema de riego por goteo, así no tengo que regar con regadera como lo hacía anteriormente”, contó feliz.
Para la mujer, y su familia, este importante apoyo de Agricultura Familiar en su chacra, le permitirá vivir más tranquila, o por lo menos sin tener que angustiarse tanto cada vez que las condiciones meteorológicas anuncian sequías o falta de lluvias, que impidan regar en tiempo y forma sus cultivos.