La expectativa puesta en la información que puedan contener los tres teléfonos celulares secuestrados hace una semana en la vivienda de Franco Ramos del barrio Sol de Misiones II, se extenderá hasta mañana porque la pericia solicitada por el juez de Instrucción 7, Miguel Mattos, al frente de la investigación por el femicidio de Claudia Benítez, se postergó ante un pedido de la defensa del primer detenido en la causa, el esposo de la taxista asesinada a puñaladas y arrojada a un pozo de siete metros de profundidad en el paraje Nemesio Parma.
Los expertos de la Secretaría de Apoyo para las Investigaciones Complejas (SAIC) que se encargarán de la pericia también analizarán por pedido del juez instructor, el celular que llevó a la detención de Ramos, el de la taxista que fue ubicado porque fue vendido y encendido con otra tarjeta SIM (chip) y cuyo titular de línea fue rápidamente interceptado por los investigadores de la Dirección Homicidios 24 horas antes y así se llegó a Ramos, como primera sospecha, por ser el reducidor del aparato.
Los dispositivos iban a ser abiertos ayer y encendidos para recolectar posible evidencia en puntos o temas específicos que solicitó el juez Mattos. Principalmente saber si entre los sospechosos detenidos hay vínculo y si surgen comunicaciones directas en cuanto al femicidio.
Por solicitud de la defensa particular del esposo de la taxista, la pericia se postergó para que pueda participar como parte en el procedimiento. Para garantizar el derecho del imputado, se confirmó la suspensión debido a que restan tomarse declaraciones a testigos de la causa.
Por pocos pesos y un canje
De fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN, se pudo saber que el celular de Claudia fue intercambiado por otro aparato de menor valor y seis mil pesos.
Esto permitió atrapar a Ramos, de 27 años bajo la sospecha de haber participado del asesinato de la taxista de 32 años, ultimada a puñaladas en el cuello y arrojada al agua de la perforación de una propiedad abandonada en Nemesio Parma, detrás del Parque Industrial Misiones, el martes 17 de mayo pasado. Ramos aguardaba en libertad ser juzgado por un hecho similar registrado también en Nemesio Parma pero en 2013: el femicidio de Marina Da Silva.
El miércoles 1 de junio, los peritos informáticos y expertos en comunicaciones de la SAIC comunicaron al juez Mattos que el IMEI del teléfono que poseía Claudia Benítez, un Samsung Galaxy A12, se activo con una “línea telefónica limpia”, por lo que identificaron al titular de la nueva cuenta y procedieron al rastrillaje para ubicarlo.
La labor de la Dirección Homicidios permitió dar con el poseedor del celular. No se resistió a los investigadores y aportó los datos para establecer quién le vendió el teléfono.
De inmediato trascendió el nombre de “Jesús” como el sospechoso y poco después su identidad completa: Franco Jesús Ramos, uno de los cuatro acusados de matar y arrojar a un pozo en Nemesio Parma entre el 18 y 31 de diciembre de 2013 a Marina Da Silva (19), causa que aguarda debate en el Tribunal Penal 2 de la Primera Circunscripción Judicial.
Ramos y su amigo Alejandro “Pili” Da Silva, además de Juan Ángel Portal y Omar Rito Ramírez, son los cuatro acusados en la causa elevada a juicio en el Tribunal Penal 2. Pero de ellos, fue Ramos el último al que se lo benefició con el cese de la prisión preventiva. Esto ocurrió en junio de 2020. Todos están encartados por el delito de “homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas”.