Luis Alberto Benítez era paraguayo, tenía 38 años y padecía un trastorno psiquiátrico. Vivía con pocos ingresos en la vivienda 141 del barrio Aeroclub y junto a su madre de 81 años debían ser asistidos por una hermana y el esposo de ésta.
A golpes le rompieron la cabeza durante la madrugada del domingo y fue su cuñado el detenido el lunes por la noche tras confirmarse en autopsia que no fue un accidente su deceso y que las lesiones en el cráneo fueron extremas.
Ayer por orden del juez de Instrucción 1, Marcelo Cardozo, expertos de la Dirección Policía Científica allanaron la casa mencionada y secuestraron elementos que podrían tomarse como determinantes para el crimen, entre ellos, un martillo y un trozo de hierro de 23 centímetros con manchas presuntas de sangre.
En cuanto a evidencia con similares rastros se recogieron además frazadas y cubrecamas, todo para ser peritado.
A la par de este procedimiento, los integrantes de la Dirección Homicidios y de la división Investigaciones de la Unidad Regional X, recorrieron la zona detrás de eventuales testigos o pistas que esclarezcan lo sucedido.
Los testimonios fueron coincidentes. A Luis lo golpeaban y era víctima constante por su patología. En virtual estado de calle deambulaba por el barrio Aeroclub cada vez que lograba escapar de su encierro, confiaron las voces consultadas por PRIMERA EDICIÓN.
En situación vulnerable también se sospechó que se encontraba la madre de Luis Benítez.
La requisa de ayer la halló en su habitación y abrigada lo suficiente para tolerar el frío pero restan varios estudios socioambientales por realizarse.
En cuanto al sospechoso del ataque, posadeño de 46 años, ayer fue notificado de su detención y será indagado durante las próximas horas por el delito de “homicidio”. Hoy el sumario de la comisaría Decimoquinta y de los demás investigadores llegaría al despacho del juez Marcelo Cardozo por lo que del análisis de las actuaciones podría agravarse la imputación provisoria, por “alevosía y vínculo”. Resta determinarse si el sospechoso está casado con la hermana de Benítez y si tenía a su guarda al hombre vulnerable. Para la hermana de Benítez, en caso que el vínculo matrimonial no existiera se la investigaría por el delito de “encubrimiento”.
Lo que no se puede negar es que los gritos de Benítez en episodios violentos en el inmueble no fueron pocos: “Dejame, no me pegues más por favor”, se lo oía.