Un amplio procedimiento desplegado durante la madrugada de ayer por efectivos de las comisarías Decimotercera y Decimoséptima, además de integrantes del Comando Radioeléctrico Céntrico, permitió atrapar a cuatro jóvenes entre 27 y 20 años, como principales sospechosos de cometer una seguidilla de atracos callejeros a mano armada.
La denominada “banda del Corolla negro”, habría sido desbaratada ayer luego de dos atracos en pocos minutos denunciados por transeúntes de zonas próximas al centro posadeño que perdieron cartera y mochilas con sus elementos de valor a manos de estos supuestos arrebatadores que intentaron aprovechar la lluvia y la noche para hacerse de dinero fácil.
Las maniobras o modo de operar que desplegaron durante los últimos diez días, incluían los arrebatos en horario nocturno y sobre calles y avenidas sin ingresar al microcentro posadeño. Recorrían a bordo del Toyota Corolla con vidrios polarizados y cuando avistaban a una víctima la acorralaban y descendían tres muchachos, dos de contextura física robusta, que con amenazas de muerte y el frío de la pistola sobre la frente del objetivo no demoraban más que pocos segundos en obtener el botín y desaparecer raudamente, al límite de la capacidad del motor del automóvil.
Las dos personas que alertaron al Centro Integral de Operaciones 911 de la Policía, coincidieron que los violentos se movilizaban en un auto oscuro y con rayones y abolladuras menores y a toda la velocidad posible.
De inmediato y con acompañamiento del monitoreo de cámaras de seguridad del 911, se montó el cerrojo para interceptarlos.
En el cruce de la avenida Uruguay y calle Noruega una patrulla de la seccional Tercera ubicó el Toyota estacionado pero sus ocupantes decidieron arrancar bruscamente para iniciar la fuga. Desde ese momento y durante varios minutos la persecución fue tan intensa como peligrosa por las condiciones climáticas, entre otros factores.
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Sobre la avenida Bustamante, en el cruce con la calle Perito Moreno -a pocos metros de Francisco de Haro- fueron cruzados ya por camionetas de las demás dependencias policiales mencionadas y todos los ocupantes se entregaron.
Los cuatro descendieron del Toyota sin patente, con las manos en alto y rodeados de las luces azules de patrulleros. Esposados fueron trasladados a la comisaría Decimoséptima y el vehículo fue secuestrado y llevado a la misma dependencia.
Ya por la mañana, el propio juez de Instrucción de turno, Marcelo Cardozo, encabezó el procedimiento de requisa del automóvil junto a efectivos de la Dirección Policía Científica. Se tomaron registros de huellas dactilares y varios elementos para que las víctimas de los últimos robos puedan identificar como propias.
En cuanto a las observaciones médicas a los detenidos, ninguno tenía lesiones o marcas de maltrato pero a los cuatro el test de alcoholemia le dio positivo, con valores de 0,25 hasta 1,72.
En cuanto a las fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN, ninguno acarrearía antecedentes de delitos contra la propiedad, pero se los describió como “muchachos que podrían trabajar de manera normal” y no estar involucrados en la búsqueda del “dinero fácil” bajo poner el riesgo la vida de hombres y mujeres que regresan o van a cumplir labores legalmente.
Las mismas voces remarcaron, que “la guita que hacían en arrebatos, después gastaban en locales nocturnos o en gastos suntuosos”. También insistieron en “que ponían en riesgo la vida de los vecinos con maniobras a alta velocidad por las avenidas, sin respetar normas de tránsito alguna”.
Seguirán detenidos a la espera de ser llamados a indagatoria por el juez instructor de turno. Enfrentarían acusaciones por “robo calificado”, entre otros presuntos delitos.