El 25 de junio de 2012, en una de las causas más estremecedoras de los últimos tiempos en el archivo judicial de Misiones, un changarín era condenado a la pena de 12 años de prisión, después de confesar que golpeó en forma atroz y abusó sexualmente de su propia madre, una pensionada de 70 años que se domiciliaba en la localidad de Corpus.
El aberrante episodio se produjo el 29 de marzo de 2010, en horas de la madrugada, en una vivienda de la zona rural de ese municipio.
La perversidad del acusado fue bestial. Llegó a apagar la colilla de un cigarrillo en el brazo derecho de la víctima en reiteradas ocasiones. Como si ese tormento no fuera suficiente, la desfiguró a puñetazos y golpeó en el pecho, para luego accederla carnalmente, incluso de forma anal.
El relato de diversos testigos, sumados uno a uno en el expediente, tuvo una contundencia decisiva para la situación procesal del imputado. Todos coincidieron en calificarlo como un hombre afecto a las bebidas alcohólicas, extremadamente violento cuando estaba ebrio y que acostumbraba a someter a la madre a soberanas palizas.
Uno de ellos, incluso, dejó de manifiesto su pesar porque solía ver a la anciana con el rostro desfigurado a raíz de los golpes que le propinaba el hijo.
El auto de elevación a juicio fue igualmente demoledor: “El encartado abusó de su propia madre, accediéndola carnalmente, a quien la redujo a un ‘objeto sexual’, luego de vencer su resistencia a golpes de puño en el rostro, ha perdido el total respeto que le debía su progenitora, lo que demuestra el desprecio que el imputado ha tenido con el vínculo de sangre”.
Aquella madrugada del 29 de marzo de 2010, el joven de 27 años regresó a la casa en completo estado de ebriedad. Golpeó a la puerta y cuando la mujer abrió, la derribó de un puñetazo. Luego sobrevino todo lo otro, narrado con anterioridad. La víctima relató lo ocurrido a un familiar y éste fue a la Policía para denunciar el caso.
El imputado debía ser juzgado a partir del 26 de junio de 2012 en el Tribunal Penal 1 de Posadas por los delitos de “abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo, lesiones leves calificadas por el vínculo en concurso real”.
Sin embargo, el día anterior decidió confesar su responsabilidad penal en el hecho para acceder a una disminución de la condena. En caso de ir a debate oral y haber sido hallado culpable, le habría correspondido 15 años de prisión. Con la asistencia técnica del defensor oficial 3, Marcelo Ozuna, acordó con la fiscal de Cámara Liliana Mabel Picazo una pena de 12 años.